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El título de Medida por medida alude a un pasaje del Evangelio y la anécdota –tomada de textos de autores anteriores a Shakespeare– a la situación en que se encuentran la mujer y la hermana de un condenado a muerte que piden a un juez la absolución del reo. El juez promete liberarlo sólo si la esposa se somete sexualmente a él. Concretado el acto, el juez no cumple lo prometido. Entre las varias innovaciones incorporadas por Shakespeare a este esquema figura el protagonismo de la hermana del condenado, novicia en un convento. Una escena trascendental es la que se desarrolla en prisión entre ésta y Claudio, el reo que aferrado a esa oportunidad se desentiende del oprobio. El hombre arguye que la penosa vida que imponen la vejez, la enfermedad, la miseria o la prisión es un paraíso si se la compara con el temor a la muerte. El poeta inglés suma a estas y otras reflexiones varios embrollos cómicos, utilizando el recurso del disfraz y dejando en claro la desconfianza que despiertan los individuos que se arrogan superpoderes. A grandes compositores y poetas fascinó esta historia: Richard Wagner creó un ópera cómica, La prohibición de amar (Das Liebesverbot), y Alexander Puschkin compuso el poema Angelo.