MUSICA › ENTREVISTA A MACY GRAY
La voz que sedujo a todo un planeta
› Por Roque Casciero
Hasta 1999, los únicos que estaban enterados de la existencia de Macy Gray eran sus tres hijos, su ex esposo, algunos productores musicales y, es de suponer, sus vecinos y parientes. Aunque lo primero no es seguro, ya que esta cantante –nacida en Canton, Ohio, como Nataile McIntyre– se crió a la vuelta de la casa de Marilyn Manson y no se conocieron. Pero en ese año que Prince había imaginado tan especial como para llegar al punto de dedicarle un álbum, Macy (que tomó su nombre artístico del de un amigo de su padre) finalmente logró publicar su primer álbum, On How Life Is. Tenía casi 30 años. Pero recién cuando el corte I Try llegó a las radios el planeta se maravilló con esa voz rasposa, mezcla de Marge Simpson con James Brown, que puede acariciar en un susurro pero también hacer estallar la pista de baile. La canción se convirtió en un hit y su autora, que esta noche toca en el Personal Fest, en estrella. Cosa que a ella ni se le pasaba por su cabeza enmarañada. “Cuando escribí I Try pensé que el estribillo tenía demasiadas palabras para ser un hit, porque los hits tienen estribillos muy simples”, recuerda, en conversación telefónica con Página/12. “Fue una sorpresa enorme que tuviera tanto éxito. Además, cuando salió el disco estaba de gira, así que ni siquiera estaba al tanto de que mi canción se había hecho tan popular.”
–¿Es cierto que antes de dedicarse a la música odiaba su propia voz?
–Sí. Pero fue hace mucho...
–¿Y ahora?
–Ahora la amo.
–¿Fue porque tuvo éxito o simplemente empezó a gustarle tener una voz distintiva?
–En realidad, me gusta más porque la trabajé, la entrené y mejoré como cantante. De todos modos, el mejor lugar para que uno aprenda es el escenario. Ahí aprendés cómo conectarte con el público, como plantarte, y es un gran ejercicio para tu voz porque cantás cada noche.
Convertida ya en una excéntrica celebridad, con declaraciones en las que hablaba de fantasmas y se arrogaba un origen extraterrestre, Macy editó otros dos álbumes, The Id y The Problem With Being Myself, que no tuvieron la misma respuesta que el primero. Ella se despachaba con discos de funk y soul algo retro, mientras sus seguidores esperaban On How Life is Part II o, en todo caso, que se pusiera a la cabeza de quienes fusionaban soul con hip hop. “No siento que deba hacer una clase de disco en particular, salvo el que tenga ganas. Si a la gente le gusta, bien; si no, mala suerte. No espero tener éxito todo el tiempo, así que estuve feliz de hacer los discos que quería. Poder hacer el disco que tenés ganas también es una forma de éxito”, explica la cantante.
El show que dará en la Argentina no es parte de una gira internacional; eso llegará recién el año próximo, cuando salga su cuarto álbum. El disco, que ya está terminado y que aparecerá en febrero o marzo, contó con la participación de Will I Am (de Black Eyed Peas), Justin Timberlake y Natalie Cole. Pero Macy nunca se queda quieta: además de hacer algunos papelitos en películas, acaba de fundar su propia escuela de música (la M Gray Academy) en North Hollywood, Los Angeles. “Me interesó darles a los chicos la posibilidad de tener una educación musical, porque Estados Unidos está en crisis con los fondos para la educación y las artes. Cuando era una niña tuve clases de música y de arte, pero ahora las escuelas carecen de cualquier programa que no sea académico. La idea de la academia fue darles una opción a los chicos de conectarse otra vez con la música. Si yo tuve el privilegio de tener esas clases, ésta es una forma de devolverlo. Porque si la música significó tanto para mí, quiero darles a los chicos la oportunidad de explorarla.”
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