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Miércoles, 29 de octubre de 2008

CINE › LA EXTRAñA HISTORIA DE A NIGHTMARE BEFORE CHRISTMAS

Los esqueletos siguen vivos

Cuando en 1993 el sello Touchstone estrenó El extraño mundo de Jack, lo hizo con tan poco apoyo publicitario que no previó siquiera el mínimo recurso del trailer. Después, la película se volvería objeto de culto y hoy es punta de lanza del 3-D.

 Por Horacio Bernades

Tratándose de un universo de esqueletos vivientes, la larga sobrevida de El extraño mundo de Jack no debería llamar la atención. Antes de devenir un clásico de la stop motion contemporánea, la película –producida por Tim Burton y dirigida por Henry Selick– debió sobreponerse a su propio lanzamiento original, que dejó muchísimo que desear. Reflotada por el merchandising japonés, transportada más tarde al extraño mundo de los parques temáticos y relanzada recientemente en DVD Blu-Ray, El extraño mundo de Jack es la primera película de la historia del cine que pasó de dos dimensiones a tres. No es raro que sea ella la que ahora encabece, en la Argentina, la oleada digital de cine 3-D, que será imparable. Advertencia: en la Argentina, El extraño mundo de Jack 3-D se estrena con un doblaje tan castizo que más que operita dark parece una zarzuela.

Cuando el sello Touchstone estrenó mundialmente El extraño mundo de Jack, en octubre de 1993, lo hizo con tan poco apoyo publicitario que no dispuso siquiera para ella el mínimo recurso del trailer (ver entrevista a Tim Burton). A pesar de eso, no le fue mal a la odisea navideña de Jack Skeffington, revivida poco más tarde bajo la forma de unos muñequitos nipones, de gran aceptación entre chicos y grandes. Poco después, Disney aprovechó en beneficio propio la desatención de la Touchstone y puso a los personajes de A Nightmare Before Christmas en uno de sus tradicionales juegos, el de la casa embrujada. Finalmente, dos años atrás decidió relanzarla, con una pequeña modificación previa. Pionera en la resurrección digital del 3-D, Disney había aplicado esa técnica en 2005 para Chicken Little y volvería a hacerlo dos años más tarde en La familia Robinson (aquí, ambas se estrenaron en versiones bidimensionales). Era tiempo de darle a la esquelética creación de Tim Burton un nuevo cuerpo tridimensional.

Ojo izquierdo, ojo derecho

Con el OK de su productor y el recelo de Henry Selick (“tenía miedo de que la convirtieran en un montón de capas inconexas de animación”), el sello del ratoncito encargó a Industrial Light and Magic, sus socios en la firma Digital Disney 3-D, el completo rediseño tridimensional de Jack. La ILM destinó un equipo de veinte personas, pero pronto los cuadruplicó, al advertir las dimensiones de la tarea. El proceso completo llevó diecinueve semanas, más del que insume un rodaje estándar. Es que el pasaje de 2-D a 3-D entraña, entre otros esfuerzos, el de replicar cada personaje cuadro a cuadro. Para lograr el efecto de relieve se requiere crear algo así como un clon, un duplicado de la película original, que luego se superpone sobre ella. Aunque no exactamente, sino con una diferencia de grados entre una y otra. Diferencia necesaria para que lo que vean el ojo izquierdo y el derecho esté ligeramente desfasado. “El espectador ve El extraño mundo de Jack, la original, con el ojo izquierdo”, grafica Colum Slevin, encargado de producción de ILM. “Con el ojo derecho se ve la versión digital. Esa diferencia entre ambos ojos da por resultado el efecto estéreo.”

Como comprobará a partir de mañana el público porteño, la versión tridimensional de EEMDJ3D les da la razón a quienes aseguran que la tridimensionalidad renovará por completo la experiencia de ir al cine. El efecto 3-D –tan asombroso como funcional– potencia al máximo la sensación de maravilla que siempre despertó la esquelética (anti)épica de Burton/Selick. Queda inaugurado así, a toda orquesta, el paso de las dos dimensiones a tres. Destino que tendrán no sólo otras de Disney (para octubre de 2009 y julio 2010 se anuncian los reestrenos en ese formato de Toy Story y Toy Story 2) sino, según se ha anunciado, la saga completa de La guerra de las galaxias, la de El señor de los anillos y Titanic. Con ello se levanta la apuesta formulada por los más encendidos fundamentalistas del formato, que auguraron un futuro tridimensional para el cine: ahora parece que también el pasado se verá con anteojitos.

Clásico de Halloween

En octubre de 2006, la versión estereoscópica de Jack tuvo tanto éxito que Disney la reestrenó al año siguiente. Acaba de hacerlo una vez más la semana pasada, en Estados Unidos. Siempre durante el fin de semana previo a Halloween y no en Navidad, como corresponde a una película que convirtió esa celebración cristiana en pesadilla de noche de brujas. Más allá de algún título exhibido sin mucha bambolla en la sala que la cadena IMAx opera en Showcase Norcenter (los casos de El expreso polar, Open Season y Beowulf) y de un reestreno reciente (el de Viaje al centro de la Tierra, que acaba de ser relanzada en copia estereoscópica), su estreno representará el desembarco oficial de la tridimensión digital en la Argentina.

Desembarco todavía tímido: EEMDJ3D se estrena sólo en tres salas. Una del Cinemark Palermo, otra del Hoyts Unicenter y una última de Córdoba. Junto a IMAx, las únicas en condiciones de proyectar películas en este formato en el país. Pero como la tendencia crece sin cesar, todo indica que de aquí a un tiempo el público local se habituará a ponerse los anteojos polarizados al entrar al cine, en lugar de sacárselos.

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El proceso 3-D llevó diecinueve semanas, más tiempo del que insume un rodaje estándar.
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