Domingo, 21 de diciembre de 2008 | Hoy
MUSICA › LOS MUSICOS DE HOY LO RECUERDAN
- Víctor Bertamoni (Estelares): “La hermana de un amigo de la infancia, que como era más grande empezó a escuchar rock antes, nos pasó discos de Virus en 1983. Yo tenía 12 años y nos copamos muchísimo con ir a verlos tocar, cuando podíamos, porque yo era de Junín. A La Plata íbamos seguido, pero también fuimos al Rock in Bali en Mar del Plata, al festival de la Rock&Pop en Vélez, en 1985, ya como fanáticos. Siempre me gustó mucho Julio como guitarrista, su forma de tocar rock respetando la melodía, con esos solos no tan zapados como los de un rockero blusero. Y Federico era increíble, era el glamoroso y el carismático en el escenario. La banda no era de moverse mucho, pero él caminaba o bailaba entre ellos y todos siempre bien lookeados. Era notorio cómo le prestaban atención a la escenografía, a la iluminación, detalles que en esa época no eran característicos del rock. Salían a shockear, directamente, con una propuesta musical, escénica y letrística que no tenía nada que ver con el rock de entonces. Les causaron alergia a los rockeros, y eso fue súper rock. A Federico parecía interesarle que la gente reaccionara, sea para putearlo o para bailar. Tenían un nivel de trasgresión que nada tuvo que ver con lo comercial, sino con lo estético”.
- Leo García: “Vi a Virus por primera vez en el Teatro Astros, cuando presentaron Relax. Vi la luz mirándolo a Federico y llegué a casa encandilado. Era como Peter Pan, saltando en el aire sobre el sonido más moderno que podías encontrar, cosas de afuera que se escuchaban en la radio y se leían en revistas. Después de él, todo me pareció familiar: Bowie, Madonna, el teen pop con sus coreografías. Uno, siendo joven, quiere ser como el ídolo, y en Federico vi un ídolo. Era un vanguardista pop, porque la vanguardia está vista como lo experimental, pero Virus siempre fue vanguardia desde el pop. Tenían mucho de Pet Shop Boys ¡cuando los PSB no existían!; canciones tremendas como ‘Epocalipsis’, ‘Mirada speed’, ‘Fiesta narcótica’, ‘Wadu wadu’ o ‘El agujero interior’, que es un tema psicológico tan amplio. O Relax, que yo digo que es un disco de autoayuda. ‘Me puedo programar’ es la tecnología de la autoayuda, nadie logró hacer eso de una forma tan inteligente. Recordar a Federico hoy, mientras hablamos de homenaje y me pregunto si todos lo tienen presente, me emociona mucho, realmente. Federico fue música en formato de arte, no la música del músico, la del artista. Tomó al arte y lo transformó en un producto musical, lo encapsuló en canciones con un admirable poder de síntesis. Lo más preciso es decir que optimizó al arte mediante el juego”.
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