El Desfile de Llamadas es uno de las instancias claves del Carnaval uruguayo. Sus orígenes se pierden en la oscuridad de los tiempos (y en la de los cuerpos). En efecto, de acuerdo con la Dirección de Cultura de la Intendencia de Montevideo, se trata de “la expresión folklórica más antigua y con mayor vigencia en nuestros días”. Se supone que su nacimiento se remonta a 1760. Siguiendo las procesiones cristianas del Corpus Christi, los esclavos comenzaron a ganar la calle. Conquistaron para sí el día de San Baltasar, en el que se les permitía el descanso y las reuniones. Los encuentros se realizaban mediante “Casas de Naciones”, vinculadas con diversos orígenes tribales y antecedentes directos de las comparsas, que a la postre terminaron integrándose al Carnaval. Entre las primeras comparsas que se recuerdan está “Raza Africana”, que hacía de las suyas hacia 1865. Inmediatamente se formaron las “Sociedades de Lubolos”, originalmente compuestas por blancos que se pintaban de negro y los copiaban para ver si con eso ganaban un poco de onda.