En su libro, usted destaca no sólo el rol que jugó la Iglesia argentina en el regreso de Perón. También habla del Vaticano, cita nombres, empresas, socios y hasta a los Macri.

–No sólo se asusta el Episcopado argentino, también se asusta el Vaticano por el proceso de fondo (ver nota central). El Vaticano entonces decidió que la única carta que puede jugar en Argentina es el regreso de Perón. Hay un claro apoyo de las empresas italianas vinculadas a la Iglesia. Está detallado en el libro y hay una articulación del Vaticano y de esas empresas con empresas locales que participan del mismo proyecto y de sus beneficios. Yo cuento en el libro cómo Macri, asociado a la constructora italiana Impregilo, con intereses e inversiones directas del Vaticano, trae un proyecto de construcción de barrios con una tecnología nueva. Ese nuevo sistema requería de aprobación, como una homologación técnica, de organismos del Estado. El secretario de Vivienda era un hombre de López Rega, Juan Carlos Basile, que era secretario de Vivienda y del Banco Hipotecario, dos cargos habitualmente separados. Manejaba todos esos planes y la aprobación tenía que pasar por el Instituto de Tecnología Industrial. El tema fue que Basile llamó al INTI para preguntar cómo iba. Le dijeron que había que hacer algunas pruebas, que iba a llevar unos seis meses. Hablé con el ingeniero que lo atendió. Basile le dijo: ‘¡No, no, no: esto tiene que salir ya, me vuelve loco el Nuncio!’ Y ahí hay una línea clarísima. Lo mismo sucedió con el avión: lo pagó Fiat. Y dentro del avión estaba Giancarlo Elia Valori, hombre de estrecha relación con Perón a partir de 1970, evidentemente enviado por el Vaticano, que tuvo roces con el Episcopado argentino. También Licio Gelli, el gran maestro de la Logia P2. Valori tiene aún vigencia en Italia, hoy es un gran dirigente empresarial. Gelli está volviendo y un miembro de la Logia es nada menos que jefe de gobierno y es Berlusconi. En ese momento apuestan a Perón para que limpiara todos esos movimientos revolucionarios que habían surgido con la proscripción.