Swingers y quirófanos
La TV por cable llevó al extremo las tendencias que asomaban en 2004: los quirófanos renovaron su stock de feúchas redimidas en El cisne (Warner) y agravaron la patología en los ya célebres Extreme Make Over (Sony), Doctor 90210 (E!) y en la parodia sobre todos ellos juntos que es la serie inmejorablemente guionada Nip Tuck (Fox). La TV norteamericana que llega privilegió la función servicio: opera en los ya citados, modifica el vestuario con alegato cruel incluido en el nuevo No te lo pongas, entrega una esposa ajena en el bizarro Cambiemos esposas (de People & Arts) y hasta consigue trabajo en la multinacional de Donald Trump en el instructivo El aprendiz (People & Arts). Si la veta frívola remite únicamente al cambio de look, la ficción comprometida entregó, en 2005, la palabra a los muertos para mezclar el policial con las historias de aparecidos en series de Sony como Medium y Ghost Whisperer, y en la trama femenina más exitosa desde Sex and the City (Desperate Housewifes, de Fox, donde la narración está a cargo de una esposa muerta). El recorrido por el cable tuvo para todo gusto: existieron conteos de separaciones y papelones en E!, se musicalizaron las programaciones de los canales juveniles MuchMusic y MTV y se alivianó el tono de los canales culturales (Film & Arts/ People & Arts) hasta convertirlos en compilados de realities entretenidos. Pudo verse el debut como reality-girl de Britney Spears, la búsqueda de fama y un cantante a cargo de INXS, y la irrupción de dos series del género fantástico en la tradición de Los expedientes secretos X: la crónica de náufragos de Lost (Fox) y la historia de abducidos de Los 4400 aportaron lo que faltaba: narraciones de horror en las que lo que aterroriza es lo que no se muestra.
Nota madre
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