Tuvo que apurarse para llegar a tiempo a Cannes, ¿no?

–¡Ya lo creo! Por suerte, mi montajista, Sally Menke, y yo, somos rápidos, que si no... Igual, preferiría no llegar tan apretado la próxima vez. No es que haya salido mal (no sé qué piensa usted; a mí, la película me gusta cómo quedó), pero otra vez preferiría no tener que correr tanto. Igual, pensándolo bien, siempre fue así para mí: para llegar a tiempo al Festival de Sundance tuve que correr con Perros de la calle, para llegar a Cannes con Pulp fiction también, y para poder estrenar en navidad Ja-ckie Brown, lo mismo.

–¿Qué hay de esa versión de que el productor, Harvey Weinstein, quería sacarle 40 minutos a la película?

–¡Es una pelotudez total! No sé a quién se le ocurrió eso, ni de dónde lo habrá sacado, pero nada que ver. No le voy a decir que en alguna otra ocasión no cortamos algo después de algún testeo previo al estreno, de acuerdo con el feeling que sentíamos entre el público. Pero esta vez, el público de Cannes recibió la película con una ovación de pie de once minutos. Así que para qué íbamos a ponernos a cortar, ¿no?

–¿Qué pasó con el papel que hacía Maggie Cheung, la actriz de Con ánimo de amar, y que no quedó en la copia final?

–Maggie estuvo extraordinaria. Ella hacía de administradora del cine en el que tiene lugar la secuencia culminante. Es una de las grandes actrices del mundo, ni hace falta decirlo. Lo que pasó fue que en el momento de editar nos dimos cuenta de que la escena en la que ella aparecía estaba de más, no hacía falta. Voy a hablar con Maggie, y si ella me lo permite vamos a incluir esa escena en la edición en DVD.