Un piquete de cineastas iraníes, manifestando públicamente contra el gobierno de su país, convirtió en estos días la tierra donostiarra en “San SebastIrán”. Desde el comienzo mismo del festival, las conocidas realizadoras Hana y Samira Makhmalbaf, así como sus colegas Bahman Ghobadi y Mohammad Rasoulof, lucieron bufandas verdes, símbolo que la resistencia civil adoptó durante las recientes manifestaciones antigubernamentales en el país de los ayatolás. Ninguno de los cuatro cineastas llegó a esta ciudad de paseo nomás. Rasoulof presenta su película The White Meadows en competencia oficial. Ghobadi (ganador de una Concha de Oro en 2004, por Las tortugas también vuelan) hace lo propio con Nadie sabe nada sobre gatos persas, que se exhibe en el apartado Perlas de Otros Festivales. Hana Makhmalbaf (que también ganó la Concha en 2007) trajo aquí la recién terminada Green Days en Especiales Zabaltegui, mientras que su hermana Samira (realizadora de la célebre La manzana) es miembro del Jurado Oficial. Todos ellos aprovecharon cuanto micrófono se les puso delante para denunciar las condiciones de represión y censura en las que se encuentra su país, y terminaron manifestando públicamente, en la puerta del Kursaal (sede oficial del festival), contra la presencia del presidente Mahmoud Ahmadinejad en la ONU. “El pueblo iraní no quiere la bomba atómica: quiere democracia”, decía una de las banderas desplegadas, en lo que parece ser la consigna unificadora de las protestas.