“La esquizopeña es única: nunca más habrá alguien como él.” La definición de Lalo Mir sobre Fernando Peña, fallecido este año, es tan determinante como probablemente certera. Al fin y al cabo, fue el locutor el que descubrió a Peña en un vuelo hacia Chile, en tiempos en los que éste “mataba” sus horas como azafato de a bordo tomando el micrófono de los aviones y creando todo tipo de personajes humorísticos a más de diez mil metros de altura, como Milagritos López, la delirante azafata cubana. “En uno de esos vuelos lo contacté y lo invité a hacer esos personajes increíbles en la radio”, recuerda Mir. “Fernando creció conmigo. Milagros López salió por primera vez en Tutti fruti y después apareció en Animal de radio, donde se sumaron otros personajes, como Porelorti. Fue una época impresionante desde lo creativo. Y más tarde se independizó de mí porque el tipo tenía vuelo propio”, admite. “Fernando era un genio irrepetible. Una cosa única en el mundo del arte de las comunicaciones. No habrá nunca más alguien así. Verlo trabajar y hacer todos los personajes juntos me producía una envidia terrible, y no sana, porque me era imposible hacerlo yo. Nunca vi algo tan loco e increíble en la radiofonía como los personajes de Peña que dialogaban entre sí”, subraya una vez más Mir. Palabra de maestro.