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- León Gieco: “La Negra fue la artista más grande de la música argentina y nunca tendremos otra igual. Para mí fue un poco una madre, otro poco una hermana, pero siempre una amiga. Nos conocimos cuando volvió al país en 1982 y fue quien me llevó a Europa, donde compartimos muchos viajes y escenarios. Es algo increíble lo que pasó porque yo hago aproximadamente cien shows por año y justo me tocó estar en Tucumán el día que ella falleció. Hablé con Fabián, su hijo, y él me dijo que la Negra, que era tan sabia, me colocó allí ese día. Fue un orgullo haber tocado para los tucumanos en un momento tan especial. Me emocionaba mucho cada vez que me daba vuelta y veía su imagen, y estuve a punto de llorar pero recordé un consejo suyo: siempre decía que un músico nunca debe hacer eso sobre el escenario porque distorsiona la voz”.

- Joan Manuel Serrat: “La voz no solamente pasa por la garganta, sino también por el corazón, como en el caso de la Negra. Ella no pasó en vano, quedará en la memoria de la gente, en el aprendizaje de todos los que vengan a partir de ahora. Fue la voz de América latina, una artista extraordinaria, que estaba en el aquí y el ahora, que no vivía en un Olimpo artístico, sino que pasaba por todo el tiempo histórico que le tocó vivir”.

- Héctor Alterio: “Sobre su voz prima su actitud, su compromiso político, su ideario, su permanecer de una manera sólida frente a la vida. No había dobleces en su posición política y eso era sumamente rescatable porque realzaba su lado artístico. Fue una antorcha argentina que nos representaba tan bien en todo el mundo. Lo mismo que Benedetti. Y ahora estamos quedándonos huérfanos de letra y de voz”.

- Diego Armando Maradona: “Cantaba con una libertad que no la tiene nadie en este país ni en el mundo. Me parece que ninguna (otra) mujer tiene ovarios para cantar como Mercedes Sosa. Nuestra relación fue siempre de buena leche, prácticamente de madre. Cuando me veía mal, decía ‘Dieguito, cuidate’. Cuando me veía bien, ‘qué bien estás’. Cuando yo la imité, le pregunté si se había molestado y dijo: ‘Lo hiciste fenómeno’. Era grande hasta en eso”.

- Silvio Rodríguez: “Mercedes, como Atahualpa Yupanqui y Violeta Parra, es oro sustancial de las raíces de los Andes, tesoro de nuestro patrimonio sin tiempo. Bienaventurada es Mercedes Sosa. Hoy, con el dolor de la pérdida presente, lejos de aquel agitado (balneario cubano) Varadero en el que la presenté, me doy cuenta de que dije lo correcto: se trataba de alguien cuyo nombre era oro en la historia de la canción latinoamericana”.

- Residente (Calle 13): “Con su voz, los desaparecidos aparecen y abrazan a sus madres. Logró que el folklore se escuchara más alto que una canción de Madonna y les regaló sustancia a los jóvenes. Su voz quedará como referencia para futuras voces. Mercedes Sosa fue una mujer que se atrevió a hablar como ningún hombre pudo. Le inyectó vitaminas a una colonia deshidratada, a mi isla Puerto Rico, que lucha poco porque sabe poco. La voz de Mercedes hizo que mi papá lanzara piedras cuando había que lanzarlas, logró que un pueblo que siempre había sentido miedo lo sintiera menos”.

- Eva Ayllón (cantante peruana): “Nunca dejé de pensar en ella y justo ahora cuando tenía todavía tanto para darnos a los cantores y cantoras, se le ocurre a Dios llevarla a su lado. Cuando uno piensa en Mercedes no tiene dudas de que el amor existe y desde mi tierra, donde estoy recorriendo con mi música diferentes escenarios, a mi manera le brindaré un sentido homenaje”.

- José Alperovich (gobernador de Tucumán): “Ella siempre estará viva. Su desaparición es sólo física. Siempre será recordada como la mejor cantante que hubo. Es una gran pérdida para todos, fundamentalmente para nosotros, los tucumanos”.

- Rafael Amor: “No despido a una cantante sino a una amiga y compañera de los escenarios y también de la democracia. Cuando me enteré de la noticia no pude salir de mi asombro, porque si bien tenía entendido que no estaba bien de salud, uno nunca se puede imaginar que las personas queridas se vayan de esta tierra. Con Mercedes hemos compartido muchos momentos, escenarios, grabaciones y queda en mi corazón esa persona buena, solidaria, siempre preocupada por los demás; una mujer que nunca bajó los brazos ante la adversidad, más que nada cuando sufrió el exilio. Ella siguió adelante y se hizo fuerte, y ése es el ejemplo que nos deja”.