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Voces y kultrunes: Las tomas se grabaron de una en diversos parajes mapuches de Río Negro y Chubut. Participan el Coro Ñanco de Kushamen, la Abuela Manuela Toma, de Rawson y Aime Paine, de Ingeniero Huergo. La mayoría de las canciones refieren a la naturaleza específica patagónica, como Canción del trueno, Canción del guanaco y Canción de la araucaria.
Sonidos de la quebrada: Además de Sacha, Namuncurá reunió seis exponentes de la música aborigen del norte. Los Anateros de Uquía, María Ramos y Hermanas de la Copla, de Humahuaca; Bernabé Montellanos, de San Isidro de Iruya; y el grupo Chakra e Indalecia Alvarez Prado, de Tilcara. “Siempre me impresionó el modo de improvisación de las coplas. Quería captar esa sensación: me senté con Indalecia, ella empezó a cantar y la grabé. Se expuso en el momento en que se tiene que exponer”, cuenta Juan.
Ritmos de la selva: La mayoría de las composiciones pertenecen a la agrupación indígena Voces Tobas, aunque también interviene Alba Llalleq, con una tribal interpretación de Espíritu de los abuelos con N’bike y Copaq Qataqui, dos instrumentos de cuna qom.
Instrumentos musicales: Muestreo de diversos instrumentos de origen aborigen: el siku aymara, la trutruka mapuche y sistro toba.
Cantos al dios sol: Cantos ancestrales y sagrados a cargo de un coro de niños Mbya guaraníes de la comunidad Tamanduá.
Indígenas urbanos: Un recorrido por aquellos artistas que, aun lejos de su tierra, siguen retratándola a través de la música.