Halac, además de presentar 1810. Romance para títeres de los días de Mayo tiene también en escena otra obra en la Manzana: El ruiseñor, de Hans Christian Andersen (de jueves a domingo a las 19.30), con la que ya llegó a su cuarta temporada. “Cuenta la historia del emperador de la China, la China que imaginó Andersen, con un pajarito. Es un cuento acerca de la esencia del arte y del artista, y ocurre en estos bosques y en el Palacio Imperial, representados como aquellas postales victorianas”, detalla. También con títeres, el retablo está armado en el Salón de las Columnas de la Manzana, un espacio que otrora fuera de tertulias y que aún conserva el piano, las paredes revestidas en madera y los pisos de roble. “La gente entra y le encanta el espacio, que se complementa con el espectáculo. Tiene el peso del tiempo, de los muros que atravesaron la historia. Y es para chicos, pero vienen muchos adultos”, recuerda y ríe.