Lunes, 28 de junio de 2010 | Hoy
TEATRO
Como teórico de la actualidad teatral, Catalán brinda su visión sobre esta y otras épocas. Según él, en el siglo XX existían “dos lógicas” en el ámbito del arte: el academicismo y la vanguardia. “Actualmente somos habitantes de un mercado escénico. Eso implica otras inducciones prácticas sobre los creadores. Hay una gran influencia de la desesperación y la presión del mercado. Antes, el problema de no tener público podía ser legitimador. Ahora no hay valores prácticos a priori. El producir se enfrenta a un nivel de indeterminación muy enorme y desesperante.” La consecuencia es que el teatro replica mecanismos de producción más bien televisivos. “El impacto es la operación que trata de tener eficacia en sí misma por la excitación de la subjetividad del espectador”, define, y añade que aquellos polos opuestos del pasado fueron reemplazados por el éxito y el fracaso.
En el público, Catalán también ve un cambio “de lógica, ni mejor ni peor”, aclara. “El de los ’80 y ’90 era un público militante; su presencia implicaba fidelidad para con cierta práctica. El mercado generó un público deslocalizado, que consume teatro de la misma manera que podría ir al cine. Es interesante, porque está dispuesto a que le gusten cosas muy diversas, se deja configurar”, rescata. Lo negativo es que “es muy influenciable por cómo se presenta la obra mediáticamente y el uso que se hace de las legitimaciones previas a la experiencia”, concluye.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.