El III congreso comienza oficialmente hoy, pero la actividad empezó en la mañana de ayer, con un jugoso programa de paneles realizado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano. Relajada a pesar de la intensa actividad que despliega en estos días, la ministra de Cultura colombiana, Paula Marcela Moreno Zapata, fue la encargada de dar la bienvenida a un nutrido grupo de periodistas de todo el continente, para luego señalar la intención de despedir su gestión (el 8 de agosto asumirá el nuevo gobierno) con un acto en procura de “afianzar la política de inclusión y generar un espacio de reflexión sobre la cultura”.

Desde la primera mesa, lo que podría haber resultado una árida serie de alocuciones acartonadas se planteó como un ida y vuelta de reflexiones que dejaron su miga. “El significado de la crítica musical” hoy reunió a Eliseo Cardona, nacido en Puerto Rico pero radicado en Estados Unidos desde 1992, autor del blog BlueMonk Moods y con una larga experiencia en medios gráficos; el periodista independiente colombiano Angel Perea y Diego Fischerman, crítico musical de Página/12; inmediatamente, “Música y periodismo cultural en la red” presentó al venezolano Yumber Vera Rojas (integrante del Suplemento NO, que destacó la democratización ejercida por el mayor acceso a la información musical) y al colombiano José Arteaga. Ambos encuentros permitieron un apasionado intercambio sobre el rol del crítico musical (“La crítica es el arte de justificar las preferencias, de ser posible de una manera inteligente”, señaló con gracia Cardona), su relación con el público y los cambios que trajo la irrupción de nuevas tecnologías, la independencia de pensamiento, el buen uso de la pluma y el instinto para pensar las nuevas problemáticas de la creación como herramientas necesarias para distinguirse, en una charla que posibilitó la participación del público que seguía las ponencias por Internet. Hubo pasajes francamente risueños, como las alusiones al fin de la dictadura del marketing y sus productos musicales prefabricados, o cómo lidiar con el “comentador salvaje” que asuela las plataformas de periodismo digital.

Por la tarde, las mesas tomaron un tono menos concentrado en la música: aunque estaba anunciado como “Música y periodismo cultural en la red”, el encuentro que abrió la segunda sesión se enfocó en las problemáticas del periodista de cultura en una época en que, como señaló Iker Seisdedos (editor de El País de Madrid), “ser intelectual ya no es cool, ya no sirve para ligar chicas, y hasta se puede bromear con que pueden llegar a colgarnos una estrella amarilla con la letra ‘I’”. El mexicano Ricardo Cayuela Gally, de la revista Letras Libres, provocó risas al señalar que “en México hay cien premios culturales al año, en España hay mil... casi es recomendable que uno ponga en el currículum que no ha ganado nada”. Jaime Andrés Monsalve, director del área de música de Radio Nacional de Colombia, hizo girar su intervención alrededor de los debates sobre qué debe emitir una radio estatal, y hubo pasajes en los que fue imposible no sentir que ciertas problemáticas y ciertas visiones de los medios privados sobre lo que debe hacer el Estado son similares en Colombia y en la Argentina.

La primera jornada cerró con un intercambio centrado en uno de los postulados del congreso, la creación de una red cultural en la que cada periodista iberoamericano funcione como nexo y multiplicador. Fue sólo el comienzo de un ciclo ciertamente apasionante, no sólo por lo dicho en las mesas, sino también por el intercambio “de pasillo”, en el que varios periodistas pudieron conocer la cara detrás de una firma familiar... y echaron a andar el inevitable cotorreo asociado con la profesión. Pero eso, obviamente, quedará sin publicar.