Aunque los ensayos del libro son complejos, los pueden leer personas que no son necesariamente del ámbito de las ciencias sociales. ¿Esa fue la intención original?

–Sí, ha sido pensado para un lector del gran público interesado en los problemas culturales pero también políticos y sociales de nuestros países. Esta obra no es para los colegas historiadores y críticos literarios. Está destinada a hacer ver cosas que mucha gente tiene interés en ver.

–¿Cuándo se publicará el tercer tomo, de los años ‘80 hasta el Bicentenario?

–No habrá un tercer tomo. En principio no podría ser la persona por dos razones: lo tiene que concebir alguien que pueda incluir muchas de las dimensiones que no están incluidas en esta historia, como la cuestión de los medios de comunicación y cuánto ha cambiado la configuración del mundo intelectual. Pero además no lo puedo hacer yo porque tendría que empezar a hablar de cosas en las que también estoy involucrado. Uno no es bueno para percibirse a sí mismo. Tiene que percibirlo alguien que pueda detectar cosas a las que uno es ciego. Todo punto de vista tiene su punto de ceguera y nadie puede escapar a esto. Si hay un tercer tomo, lo tiene que hacer gente más joven. ¿Cómo podría hablar de Punto de vista? Sólo podría hablar como un participante de la revista, pero no sería la perspectiva necesaria para pensar esa publicación.