Martes, 21 de marzo de 2006 | Hoy
MUSICA
Mezcla de Musetta y de Mimì, dice el tango. Y es que los dos principales personajes femeninos de La bohème encarnan los dos arquetipos de mujer que podían encontrarse en la literatura popular del siglo XIX y que, desde ya, persistieron en el imaginario del tango. La mujer fuerte y la frágil; la fatal y la sumisa. Sin embargo, las cosas no son tan así. Mimì, aunque la ópera no lo aclara suficientemente bien –falta una escena que sí estaba en el folletín en el que se inspiró–, vuelve a los brazos de Rodolfo, al borde de la muerte, después de haber sido la amante de un vizconde –y seguramente porque al buen señor ya no le interesaba demasiado–. Y, en todo caso, la verdadera fragilidad es la de la construcción de los personajes femeninos. En casi toda la literatura de la época –y, por supuesto, también en la ópera– las mujeres no tienen muchas otras funciones que la de ser disparadores de las acciones y los sentimientos de los hombres. Tendría que llegar Alban Berg y los dos poderosos personajes femeninos de sus dos óperas, la Marie de Wozzeck y la Lulu de la obra que lleva su nombre, para que, en ese género, las mujeres tuvieran peso propio.
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.