Desde hace cinco años, Wainraich conduce junto a Julieta Pink (compañera de ruta desde Wanna be, el ciclo que se emitía por la desaparecida X4) Metro y medio, el programa de radio que de lunes a viernes a las 18 se escucha por Metro. Se trata de un programa que, aunque vaya en el horario del regreso, cada vez más profundiza su perfil humorístico. Por elección y por la coyuntura. “El lugar en el que más cómodo me siento es el de conductor-humorista. Si bien en el programa hacemos entrevistas sobre algún tema de actualidad, cada vez me siento más alejado del lugar de periodista. Es difícil hacer la agenda de un programa de radio. Cuando estoy en el aire, ahora cada vez que leo un título en la tele del estudio miro inmediatamente el canal que está sintonizado. Ya no repito los títulos, con la inercia del aire, como lo hacía antes. Lo mismo con los diarios: paso por todos los portales antes de tirar alguna información. Hoy hay que ser más riguroso que nunca a la hora de informar e informarse”, cuenta sobre Metro y medio, uno de los pocos ciclos radiales de humor de emisión diaria. “La política –analiza– se volvió un poco religiosa y los creyentes son solemnes y muy susceptibles. Uno tiene una opinión sobre los temas, uno simpatiza más con una que con otros, pero antes de opinar rápido trato de informarme en las dos campanas para no decir algo que después tenga que arrepentirme.” Al respecto, Wainraich cuenta sobre los motivos de su alejamiento de TVR, el periodístico-humorístico que PPT emite los sábados a las 22 en Canal 9. “Había cumplido un ciclo”, dice. “En TVR siempre pude decir lo que quise. Al aire, cuando no estaba de acuerdo con algún informe, lo dije sin problemas. Y cuando compartía la visión, también. TVR es un clásico, laburé muy bien ahí y critiqué al programa estando adentro, algo que no sé en cuántos programas se puede hacer”, subraya.