Domingo, 10 de abril de 2011 | Hoy
MUSICA › SU POSICION FRENTE A LA REALIDAD POLITICA ACTUAL
–Se calcula que en su actuación en la 9 de Julio, para el Bicentenario, lo vieron dos millones de personas. Ahora a la distancia, ¿qué película ve de aquella noche?
–Una de celebración. No sé qué fue, pero en un momento, en medio de aquella multitud, pensé en los años aciagos, en la tristeza de la ciudad de Rosario, en no poder salir a la calle, la adolescencia, el encierro... Veía claramente que toda esa gente, allí, era la libertad. Muy hermoso. Eso fue lo fundamental. Después, sí, tuvimos una buena noche, tocamos bien, eso fue increíble, y tuvimos también suerte, eso hay que decirlo: era el lugar de Mercedes, que ya no estaba, y luego era el lugar natural de Charly. No sé qué pasó con él, y tuve la suerte de que me tocó a mí. Tuve el privilegio de ser el que cerró el bailongo. Pero básicamente, ese bailongo fue un gran grupo de gente diciendo algo: Che, está todo bien acá, ¿qué pasa ahí arriba? ¿En qué andan? Aparecen varios conceptos esos días, el de la existencia de un país virtual y un país real, por ejemplo.
–Podría pensarse como otra coyuntura, antes de la muerte de Kirchner...
–Pero la pelea dura ya se había nombrado, lo que pasa que no se había puesto tan de manifiesto como ahora. Este es un momento extraordinario donde se le cae la careta a todo el mundo, y todas las discusiones están en el lugar correcto: todos dicen lo que quieren decir y cada uno queda parado en un lugar. Extraño una derecha ilustrada, claro. ¡Me gustaría que el enemigo fuera más inteligente! (risas).
–¿La extraña o la imagina? ¿Qué derecha ilustrada conoció últimamente?
–¡Bueno, yo lo querría tener a Mansilla sentado enfrente!
–Pide remontarse en el tiempo...
–¡Aquella derecha debe estar revolcándose en las tumbas, viendo quiénes los representan ahora! Ves gente muy pobre, mezquina, sin argumentos. ¿A ver, por qué te vas a seguir llevando la plata vos solo? Explicame. Tampoco creo que se pueda pensar ya en derechas e izquierdas, pero de alguna forma, la oposición plantea el conflicto en esos términos, y ellos mismos quedan parados en una zona medio de ensueño: piensan que viven una realidad que no existe. Pero como este país ha vivido en la ilusión de la televisión y de los medios durante tantos años, evidentemente eso también ha generado realidades, nuevas formas de psicosis: pensar que hay una vida que no hay. Esta es una coyuntura linda, interesante en ese sentido. Todo está puesto en duda. Mientras tanto, Cristina está encarnando una posibilidad, que puede resultar o no, pero es una opción, más cercana. No se me ocurre otra forma de definirla: más cercana. Relajada. Han metido muchos goles y hay que reconocerlo.
–Dice que todos nos vemos obligados a tomar postura, ¿usted la tomó?
–A mí me parece importante decir que apoyo a Cristina, lo siento como una especie de responsabilidad, y puedo decirlo porque no le debo nada a nadie. Veo una voluntad allí, y le veo los ojos. Yo me he dedicado a representar toda la vida, y si algo sé del mundo, es de eso. Veo cómo todos actuamos, todo el tiempo. Cuando hay alguien que es de verdad, yo lo sé, lo veo. Eso lo veo en Cristina, y en Néstor también se veía. Me parece que es un momento muy importante, y que un fracaso más sería el fin de la posibilidad de un país de verdad. Por eso me parece importante que Cristina gane –primero que se postule, claro–, y que tenga sus cuatro años más de administración. Y ahí sí, hay que hacer goles, uno atrás del otro, para que esto ya no se pueda mover.
–Hace poco un amigo suyo, Horacio González, fue el centro de un debate alrededor de Vargas Llosa. ¿Siguió el tema?
–Claro, lo he hablado con él, el tema fue que puso la firma de director de la Biblioteca Nacional. Todo lo que dice en la carta, yo lo apoyo. Si hubiera puesto sólo Horacio González, no hubiera habido tanto quilombo. Conociendo cómo es Horacio, estoy seguro de que fue un descuido formal. Pero más allá de los formalismos, que a todos asustan, el hombre está poniendo su opinión: No me parece que la Feria del Libro tenga que abrir así. Y para ir al hueso, la polémica que se armó me pareció excelente, las cosas que saltaron, estuvieron muy bien. Me molestó, claro, que terminaran diciendo que Horacio es un facho y que ataca la libertad de expresión. ¿Han leído sus obras, han visto una clase suya en la facultad, saben la obra que está haciendo en la Biblioteca? ¡Por favor, señores, salgan de sus tristes gabinetes de los diarios y vayan a ver la vida un poco, déjense de joder! En fin, creo que es un momento muy hermoso, muy dinámico. Es el fin de una época también. Hay ciertas cosas que no van a poder volver a pasar: no van a seguir escribiendo estos monstruitos de editoriales que no saben nada de la vida. Seguirán, pero en su lugar, no cagándole la vida a la mayoría. Todos tenemos que ocupar un espacio: vos no pensás como yo, ok, tenés tu espacio, llevate la pelota un rato. ¡Pero un rato nada más, no me amargues toda la vida! ¡No seas amargo, loco! ¡Qué poco sexo que tenés! ¡¡Qué poca vida!!
© 2000-2022 www.pagina12.com.ar | República Argentina | Política de privacidad | Todos los Derechos Reservados
Sitio desarrollado con software libre GNU/Linux.