La Televisión Digital Abierta (TDA) es un plan impulsado por el Estado argentino, que se basa en un sistema de generación, transmisión y recepción de imagen y sonido a través de información digital, es decir, mediante “bits”. Esto permite que los errores en la transmisión y recepción de la TV analógica –“fantasmas” y “lluvia”– se corrijan. Otra de las ventajas es que permitirá cubrir la totalidad del territorio nacional, solucionando el problema de las zonas aisladas o de frontera, que muchas veces no tenían acceso a las transmisiones.

Los avances permiten un incremento de la oferta de contenidos –en el espacio radioeléctrico donde antes “entraba” solamente un canal, actualmente caben muchos más–, mejora la calidad de imagen y sonido, genera de puestos de trabajo y fortalece a la industria nacional. En un corto plazo, millones de personas dejarán de ser rehenes de las empresas de cable para poder gozar de una programación más variada. El plan incluye, asimismo, la instalación de ciento cuarenta antenas satelitales en escuelas rurales.

Según se informó, “la gratuidad del servicio de la TDA es una decisión pensada en dar acceso a los ciudadanos, independientemente de su situación económica”. Para tener acceso cada televidente deberá conectar su televisor con un equipo receptor como el que se está distribuyendo masivamente; o bien tener un aparato nuevo que tenga la tecnología incorporada.