Se trata de una de las empresas de producción de espectáculos más pujante dentro del mercado nacional. A caballito de una gran idea que generó un circuito asociado, las Fiestas Clandestinas (donde se conjugaron conciertos con espacios de baile, como en un boliche con escenario), las Producciones Clandestinas alcanzan actualmente conciertos resonantes de artistas locales y extranjeros. Sin ir más lejos, este fin de semana dará inicio al segundo festival Zona Rock, con fechas en Buenos Aires, Córdoba y Mendoza para grupos como Divididos, Ciro y Los Persas y La Vela Puerca. Quien responde es Eduardo Sempé, promotor cultural y empresario al frente.

1. Hay que atender la gran demanda que existe para contratar a artistas a partir de la competencia entre productoras. Eso lleva a un alza en el costo de los artistas y deriva en un incremento en los precios de tickets.

2. Trabajamos en más de diez ciudades pero no podemos obviar que las economías regionales son menos fuertes que en la Ciudad y el Gran Buenos Aires: son más pequeñas en cantidad de público y requieren mayor inversión para el traslado. Otro tema a resolver es que en muchas ciudades no hay proveedores de sonido y de luces para espectáculos de esta magnitud.

3. Evitamos el uso del campo VIP. No nos gusta, desde un punto de vista ideológico, aunque habría que evaluar cada show en particular, su capacidad de convocatoria y elasticidad de demanda. Pero la existencia de un VIP no supone que las demás ubicaciones sean “no confortables” y permite bajar el punto de equilibrio entre cantidad de ubicaciones y precio de tickets.

4. Tiene que ver con lo mencionado en el primer punto: la disputa entre productoras eleva el precio de los tickets, llegando a tickets que son realmente caros respecto de los shows de estos artistas en otros países.

5. Es cierta la superpoblación de shows, pero está relacionada con los grandes festivales en la región, lo que lleva a que se intente aprovechar la cercanía de los artistas. Pero es contraproducente para los productores y los espectadores, y sobre todo para los artistas nacionales, que ven mucho más restringida la posibilidad de producir sus propios shows.