Consultado sobre qué cree que generaría el cierre de la cárcel de Guantánamo, Henríquez manifiesta que no le parece que vaya a arreglar el problema fundamental. “Va a ser un cierre simbólico. Y no queda mucha gente en Guantánamo. Además, Guantánamo es un fracaso total: allí han pasado cerca de 800 personas y creo que quedan 150. Cuando la crearon dijeron: ‘Allí va a estar la crema del terrorismo internacional’. Quiere decir que 600 personas han sido liberadas y que tres sobre cuatro eran inocentes, porque si no, no los habrían liberado. Eso, desde el punto de vista estadístico, da una idea del costo social y humano, porque toda esa gente fue torturada y privada sin que se la haya indemnizado, sin que se le haya pedido disculpas, sin que haya habido ni siquiera un juicio. Nada.” Henríquez dice que se han logrado armar seis juicios, y uno de los más importantes y el primero fue el de Omar Khadr. “Eso da una idea de que si los norteamericanos creen que ellos están protegidos, bueno, si ésa es la protección, habría que preocuparse. Hay allí una falla fundamental.”

Henríquez admite que hay una presión internacional para el cierre, pero considera que es no es tan grande. “Pero eso no quiere decir que el problema se vaya a acabar. Hay cárceles secretas hoy en día, de las cuales ignoramos hasta los lugares donde se encuentran. Son técnicas que han sido desarrolladas durante largo tiempo. Y América latina conoce eso porque fueron formadas en esa transferencia de tecnología y eso sigue funcionando en la medida en que haya conflictos militares en los que esté envuelto Estados Unidos. Está pasando en Chechenia y en varias partes. Lo que pasa es que Estados Unidos es el lugar que concentra la atención mundial y cualquier cosa que ellos hagan tiene una repercusión”, concluye Henríquez.