Después de más de 120 capítulos, El elegido llegará a su fin el lunes. En un epílogo que –anticipa– no traicionará los ejes estéticos y temáticos por los que giró la trama desde su inicio, el último episodio tendrá condimentos mágicos, policiales, románticos y dramáticos. Entre las intrigas a resolver, se destaca qué es lo que finalmente pasará con Oscar Nevares Sosa (Lito Cruz), el villano e inescrupuloso abogado cercado por la Justicia, y al que Andrés Bilbao (Echarri) busca para tener un último –¿y definitivo?– encuentro, cara a cara. Luego de que David (Luciano Cáceres) se suicidara delante de su padre y que Verónica (Leticia Brédice) le confesara su amor a Oscar, la otra gran incógnita es saber qué ocurrirá con Alma (la sensible composición de Maite Lanata), la nena autista que parece tener en su mente la llave mágica para resolver el rompecabezas detrás de la misteriosa Orden encabezada por Logroñeses (Daniel Fanego). “La novela era una apuesta muy arriesgada porque fue en contra de los preceptos establecidos de la TV, en lo que es la búsqueda de la masividad. Pero era un riesgo que queríamos tomar porque sabíamos que nos iba a devolver una satisfacción muy grande, que la trama iba a crear una tribu de fanáticos que iba a vivir la historia a la par nuestra, que nos les iba a ser indiferente, y que no iban a tener la sensación de estar viendo un exponente liviano del género”, analiza Echarri. El actor devenido productor cree que la mayor satisfacción que le dio El elegido fue la de haber podido ser condescendientes con la historia que siempre quisieron contar. “La historia –cuenta– siguió el curso planificado en un principio. Más allá de que las telenovelas se escriben sobre la marcha, y uno va probando distintas líneas narrativas y las que pican se van sosteniendo en el tiempo, la estructura narrativa que las contienen se pudo mantener. El final de El elegido que saldrá en pantalla estuvo escrito el primer día que nos juntamos a trabajar la trama.”