El espectador habituado a recorrer los cines metropolitanos oirá durante noviembre una tonada poco habitual entre tanto inglés estadounidense. Es que al estreno de la ópera prima de Rosendo Ruiz, De caravana, se le sumarán consecutivamente Hipólito (el 10) y El invierno de los raros (el 17), otros dos films realizados enteramente en Córdoba. Lejos de la habitual aleatoriedad de la cartelera, el desembarco conjunto es el punto final del trabajo mancomunado de tres producciones hermanadas desde sus comienzos, en una serie de clínicas para proyectos locales, hasta la finalización de las posproducciones. Sin embargo, faltaba estrenarlas. “Entendemos que la vida de una película empieza justamente cuando está terminada, así que decidimos mantenernos juntos para empezar a indagar en el camino de la distribución, que sabíamos muy difícil y complicado”, recuerda Ruiz. El resultado fue la empresa Cine Cordobés, cuyo bautismo fue el lanzamiento del tríptico en la provincia. “Generó mucho ruido y marcó un hecho cultural muy importante. Pudimos demostrar que había un público cordobés. Esa fue la base uno y ahora estamos en la segunda: Buenos Aires.”