El escenario está vacío. Sólo un sombrero, una silla y un violín llenan el espacio. De a poco, con actitud casual y despreocupada, entran los bailarines. Algunos se saludan, otros ensayan unos pasos de baile o prueban su vestuario. Todo se dispone frente a los ojos del público. Unos segundos más tarde los músicos toman sus posiciones –dos cantantes, dos guitarras, un violinista y un percusionista– para dar comienzo a Sabores, el espectáculo que Sara Baras y su compañía presentan en Buenos Aires. De pronto, apagón. Y cuando la luz regresa, un show de palmas y zapateo se despliega en escena, de la mano de un cuerpo de baile preciso y contundente. El número grupal da lugar a momentos más intimistas: y allí aparece ella –Sara–, junto a dos artistas invitados que, en España, son estrellas del flamenco: José Serrano y Luis Ortega. Si al comienzo todo el escenario se viste de negros y grises, con una estética tan sobria como soberbia, pronto la Baras teñirá el ambiente de rojo, doblando sus muñecas con arrogancia, en un número intenso y estremecedor. En Sabores también hay lugar para que se luzcan los invitados, con coreografías de propia autoría: Ortega, agitando sus castañuelas que compiten con su zapateo, y Serrano, haciendo sonar sus dedos y pies hasta el cansancio. Pero el momento cumbre de la noche tiene otra protagonista: la Baras, vestida en pantalones de cuero, levanta sus brazos como el toro que apunta a su víctima y arremete con su danza, desplazándose con un zapateo que hace temblar al recinto entero. Si, hasta el momento, el espectáculo se resuelve como un megashow que aprovecha el virtuosismo de los intérpretes, el momento del saludo recupera el espíritu de la tradicional fiesta gitana: porque el baile no termina, siguen las demostraciones al son de las palmas, en las que participan hasta la madre y la hermana de la Baras. “Cuestión de familia”, pensará el público. Pero en seguida a Sara le toca su turno y demuestra lo propio. Y allí se confirma lo que antes de la función ya se escuchaba: que ella es, en la actualidad, “la mejor bailadora de España”.