CINE
Usted mencionó a sus directores de acción favoritos. ¿Cuáles son sus películas de espionaje favoritas?
–Dedos de oro, Dedos de oro, Dedos de oro. Si me preguntaran por lo mejor de la serie Bond, votaría a Dedos de oro en todos los rubros. ¿Mejor villano? Goldfinger. ¿Mejor matón? Oddjob, el japonés del sombrero. ¿Mejor canción? “Goldfinger”. ¿Mejor banda de sonido? La de John Barry. ¿Mejor artilugio Bond? El Aston Martin. ¿Mejor chica Bond? Pussy Galore, sin dudas, porque además de ser supersexy era capaz de patearle el culo a más de uno. Y ese sombrero con filo... ¡Guau!
-Viniendo del cine de animación, habrá dibujado todo el storyboard de Protocolo fantasma.
–La verdad es que la agenda de rodaje era tan ajustada y la preproducción tan breve que casi no tuve tiempo de dibujar nada. Un par de secuencias, nada más. Las más complicadas: la del escalamiento del edificio de Dubai, el duelo final y la escena de la tormenta de arena, en medio del desierto. Pero tampoco completas, porque había un margen de imprevisibilidad en todas ellas. La escena del edificio Burj Khalifa se filmó en buena medida desde un helicóptero. Le di al piloto algunas indicaciones generales: qué feeling quería para la escena, desde qué ángulos quería filmar y cosas así. Pero recién a último momento conseguimos permiso del gobierno de Dubai para filmar desde la distancia que noso-tros queríamos, que era demasiado próxima a las paredes del edificio para lo que las reglas establecen. Así que ahí fue cuestión de decir “lo tenemos” y preparar la escena a las corridas. Por suerte, el entrenamiento de filmar películas animadas te permite previsualizar las escenas con más rapidez de lo que un realizador de live action está habituado, y eso me dio la posibilidad de anticiparme.
–¿Puede contar cómo fue que filmó las escenas más espectaculares de la película en sistema IMAX?
–Le aclaro que no soy el primero que lo hizo. Antes de mí lo habían hecho Christopher Nolan en Batman, el caballero de la noche y James Cameron en Avatar. También se hizo para la segunda Transformers y la remake de Tron. Filmamos casi media hora de película en sistema IMAX, lo cual presupone otro costo, un formato distinto (70 mm, en lugar de 35 mm) y cámaras especiales, más grandes, pesadas y difíciles de manipular. Cada plano requiere más trabajo, más tiempo de preparación y de rodaje. Vale la pena por lo bien que luce, pero suma esfuerzo.
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