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En la primera Alien, el artista plástico suizo H. R. Giger participó decisivamente del diseño visual de la película. ¿Volvió a convocarlo esta vez?

–Sí, lo llamé, le conté el proyecto, leyó el guión y le interesó mucho. Diseñó unos murales gigantes, en las paredes de una de las cámaras de una especie de palacio, en el planeta donde viven Los Ingenieros.

–Es la primera vez que filma en 3D. ¿Cómo le resultó la experiencia?

–Excitante, desde ya. Yo soy una persona de formación eminentemente visual, así que poder trabajar en 3D fue como un regalo para mí.

–¿Cree que la película gana visualmente con la tridimensionalidad?

–Sin duda. Lo que me resultó más increíble es el trabajo que se puede hacer con la profundidad de campo. Filmando la película en 3D, en la isla de edición usted puede modificar las distancias, alejar o acercar el fondo en cada plano, y eso abre toda una serie de posibilidades de trabajo con el espacio que hasta ahora no existían.

–Tengo entendido que en algunas escenas se hizo una dosificación de color, para compensar el oscurecimiento que producen los anteojos 3D.

–Así es. Eso es lo que hicimos en las escenas más oscuras, de tal modo que la imagen final resultara equivalente a la de la versión 2D.