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Les preguntan por el nombre de la madre de Maradona y responden el de la madre de Soldán: Doña Tita. O les piden que acierten capitales, continentes, ríos, países y no pegan una. “¿La burrada máxima? –se pregunta Soldán–. Les pregunto quiénes corren en un canódromo y me responden que canoas.” Otra vez, les pide en el Ping pong que digan el instrumento que supo tocar Osvaldo Pugliese y arriesgaron con el charango. “Empecé el refrán Cría cuervos... y les pedí que lo continuaran..., respondieron: y te comerán los piojos.” Más graciosa es la anécdota de la pregunta sobre el secretario de la Primera Junta... que fue eludida con un Paso... “Y era la respuesta correcta”, dice Soldán.
Así todo el tiempo: preguntas farandulizadas que sólo apuntan a la tele, respuestas que ya no mencionan ni la historia, ni la geografía, ni los contenidos escolares... Los nuevos burros son el fetiche de la tele que habla de sí misma, figuritas repetidas en TVR o El ojo cítrico, sorprendiendo con silencios incómodos o errores notables. El paso del tiempo no repercute a favor en su retrato del joven argentino promedio post Cromañón. “La inseguridad es terrible –dice–, y se ve a tantos cartoneros, chicos jóvenes, pasando permanentemente por la puerta de mi casa..., se rompen el alma para hacer diez pesos por día. Después se ve en el nivel de preguntas que se hacen al comienzo de Feliz Domingo: se fue nivelando para abajo. En otros tiempos se hacían preguntas como las de Tiempo Límite, de un nivel muy avanzado, y los chicos respondían bien. Y después, en los últimos años, las preguntas son: Diga cuál de estas mujeres es vedette y cuál no...