Detrás de Babylon está Gastón Portal, dueño de GP Media (actualmente en convocatoria de acreedores) y cabeza creativa de la serie. Desde la productora, el año pasado sorprendió en el medio con Los sónicos, una de las más logradas ficciones surgidas de los concursos federales estatales, en lo que fue su debut en el género. “Babylon es un policial negro, que no llega a ser una parodia ni tampoco una copia”, explica el productor a Página/12. “Tiene elementos –algunos visuales y otros dramáticos– que rescatan la tradición del policial negro. Por ejemplo, el pasado es como una bomba de tiempo que en algún momento explota; la moral es férrea, pero extraña en relación con la moral social; hay una femme fatale que vuelve de las tinieblas del pasado. Y la trama también tiene humor, con el acento puesto en situaciones de comedia hilarante: el personaje de Briski es un ex policía yeta, pero no como una maldición, sino con el sentido en el que esa característica actúa como una forma de ver la vida de otra manera, con las probabilidades invertidas, con el pensamiento lateral”, señala. ¿El televidente puede percibir en Babylon cierta continuidad con Los sónicos? “En la historia y el tono, nada que ver –dice–. La similitud se da en el lenguaje formal, en la cámara en mano y en la intención en el guión de buscar que los personajes digan lo contrario a lo que esperan los televidentes.”