Desde Mar del Plata

Le tocó al cine argentino hace poco más de quince años. Después, durante la década pasada, la pelota pasó a Rumania y Chile. Y ahora, los ojos avezados en encontrar lo cinematográficamente novedoso a lo largo y ancho del mundo se posaron sobre la alicaída España, donde se cocina un fenómeno de contornos artísticos poco definidos, pero ya bautizado con el nombre de Nuevo Documental Español. En ese sentido, ni lento ni perezoso, el Festival de Mar del Plata no sólo programó un jugoso apartado con ocho films y decenas de cortometrajes, sino que trajo el libro Territorios y fronteras. Experiencias documentales contemporáneas. Prologado por el investigador académico Santos Zunzunegui, se trata de una serie de diálogos multidireccionales entre cineastas, realizadores, intelectuales y películas. Sobre ellos y la actual coyuntura artística y económica ibérica hablará hoy el español en la charla “Las cuatro voces. Un itinerario para el cine español”. El encuentro será a las 16 en el Centro Cultural Radio City (San Luis 1752), pleno centro de esta ciudad costera.

“Alguien dijo alguna vez que la historia funciona por explosiones o progresos graduales, y en el caso del documental español es más consecuencia de lo segundo que de lo primero”, señala Santos Zunzunegui en diálogo con Página/12. “La aparición de una serie de realizadores y películas y la crítica que toma nota de que está apareciendo algo novedoso son algunos de los factores que construyen esta imagen de un nuevo documental español. Imagen que no deja de ser una construcción, ya que se seleccionan algunas cosas y dejan afuera otras. Por eso es muy difícil poner fecha, pero podríamos decir que es algo que pasó durante la década pasada.”

Según Zunzunegui, “con la crisis extraordinaria que estamos pasando y los brutales cortes a los distintos campos culturales, creo que el Nuevo Documental Español sobrevive en torno de algunos masters universitarios que sirven como viveros de cineastas. También de la fuerza individual de los cineastas embarcados en proyectos semiprivados que buscan fondos de donde pueden. Pero el Estado en este momento no tiene los medios, y probablemente tampoco la sensibilidad, para atender este tema como se merece”.