“Con Jorge éramos como un matrimonio. Y lo éramos realmente, pero sin sexo. O sea, éramos un matrimonio”, dice Pais sobre la persona que le dio su primera oportunidad en la televisión. Allá a finales de los ’90 debutó como movilera en La Biblia y el Calefón y fue su compañera radial hasta que Guinzburg empezó a concebir Mañanas Informales. “Yo fui a trabajar ahí porque con Jorge hacíamos Mitre a la tarde. El me decía ‘tendría que buscar otra persona, ¿no?’. Hacía casting y casting. ‘Sabés lo que me pasa –me dijo–, estoy buscando a alguien como vos. ¿No querés hacerlo? Vamos a estar diez horas juntos y puede que nos queramos matar.’ Nuestro miedo era ése, que siendo amigos, nos peleáramos por el exceso de convivencia. Cosa que no pasó sino que además conducíamos eventos juntos. Nos veíamos mucho y deberían pensar que era por otra cosa. El estaba casado con su mujer y yo también lo estaba. Lo veía trabajar con Andrea (Stivel) y no sé cómo hacía, si yo tengo que trabajar con mi pareja me vuelvo realmente loca”, asegura. Mañanas Informales continuó una temporada más tras la partida del hombre del bigote –que había llegado a afeitárselo en vivo y en directo–. “Lo que pasaba con Jorge es que como nos conocíamos, eso te salvaba seis meses de pruebas. Lo conocía desde un lugar personal, no desde lo laboral, y eso ganaba al aire, porque yo lo podía cuidar y usar las cosas que cada uno previamente sabía del otro en provecho del programa.”