¿Qué opina sobre la novela erótica Cincuenta sombras de Grey? ¿Cómo explica este fenómeno?

–Cuando estaba por venir a Buenos Aires, pensé que los periodistas me iban a preguntar sobre esto. Entonces me fui hasta una librería, agarré el libro, picoteé un poquito y con todo respeto para (E.L.) James no hubo feeling suficiente. Cuando cae la censura en Occidente, cosa que sucedió entre 1970 y 1975, la mayor parte de los países de Occidente terminó con la censura en materia de representación sexual. La que más se benefició inmediatamente fue la industria de la pornografía, que creció como un enorme monstruo. Llegó a ser una de las industrias más poderosas del mundo. Por otro lado, una cantidad de escritores que ya venían escribiendo erótica se sintieron liberados de presiones, pero escribiendo generalmente para grupos de élite. La industria del entretenimiento –cine, televisión, grandes empresas editoriales– se quedó atrás, esperó décadas; siguieron teniendo una representación de la sexualidad bastante esquemática. La industria del entretenimiento hoy en día cambió de actitud. Se ha dado cuenta de que no puede seguir al margen de la cabeza real de la gente. Entonces te encontrás películas, actores de primera línea que tienen escenas sexuales muy fuertes, series de televisión como Girls, de una franqueza sexual como la gente, al menos en Nueva York. Las personas que toman las decisiones en la industria del entretenimiento en los últimos cinco años, en el cine primero, en la televisión y la industria editorial después, se dieron cuenta de que había que cambiar la manera en cómo se representaba la sexualidad. El portaestandarte en material editorial es el libro de James.