Al finalizar la charla, Vattimo concedió una breve entrevista a Página/12.

–¿La muerte de la obra de arte trae como consecuencia que el arte se democratice? En la Argentina hay mucho arte comunitario.

–En Italia también. Allá, la característica de este tipo de arte es que hay una intervención del público. Se dibuja un compromiso social que no es necesariamente político, revolucionario y alternativo. Y se “desdiviniza” al artista. Sin embargo, los viejos sentimos un poco de nostalgia por el gran artista.

–¿Cómo está respondiendo la filosofía a la crisis que vive Europa?

–Me siento agredido por una tentativa de realismo: muchos dicen que la filosofía tiene que ser una descripción del mundo. Pero el filósofo tendría que indicar direcciones. Veo aquello como una actitud de retorno al orden que se conecta con el dominio del capitalismo globalizado, el enemigo de la filosofía actualmente. Defiendo algo que parece tradicional, el humanismo, en contra de algo que parece más moderno pero que es más reaccionario políticamente: la tecnocracia capitalista.

–Usted ve con buenos ojos lo que sucede en América latina.

–Sí, es un punto de esperanza. En el mundo lo importante de las últimas décadas no son los chinos, los indios ni Rusia. Quiero que Latinoamérica sea un sujeto internacional fuerte, capaz de hacer un balance con el imperialismo capitalista. Siempre digo que América latina es el futuro de la nueva Europa. También deposito mis expectativas en el Papa.

–¿Cómo se conecta su célebre idea de los dialectos, que sugiere una historia fragmentada, con el hecho de que en tantos países latinoamericanos hayan aparecido gobiernos con características comunes?

–La modernidad era la época de la filosofía de la historia unitaria. Ahora estamos descubriendo que esto era una mitología imperialista. La unidad de nuestra historia es la fragmentación. Si reconocemos esto estamos en una fase de multiplicación. Soy más anárquico que marxista, o por lo menos me gustaría inaugurar un comunismo anarquista: la única manera de luchar hoy en contra de la unidad capitalista del mundo es el anarquismo.