“Después de siete años de estar tocando cada semana, entre los músicos hay un lenguaje tan naturalizado, funciona tan bien que creo que ya no depende de ninguna persona en particular. Es un lenguaje del grupo, por eso ya no hago más falta en el escenario.” Santiago Vázquez justifica con estas palabras su alejamiento de la dirección física de La Bomba de Tiempo, aunque sigue siendo el director del proyecto y su productor general. En mayo se cumplen siete años de la primera vez que músicos y público confluyeron por primera vez en lo que Vázquez define como “una especie de trance colectivo a través del sonido puro”. Para festejar el aniversario preparan dos fechas especiales, el 24 y 25 en la Ciudad Cultural Konex (Sarmiento 3131), a partir de la medianoche. El músico describe el momento de La Bomba como uno de gran madurez y entiende que se trata de una decisión tomada en virtud de que el recambio funcione como inyección de energía sobre los que quedan para que puedan seguir creciendo: “El lenguaje está maduro, y los músicos y los directores tocan fantásticamente. Se trata de retirarme para que quienes están terminen de tomar la posta definitivamente”.