Ya era, en el siglo XIX, uno de los pasajes musicales más famosos que existían. Pero, además, unos ciento cincuenta años después llegó un Mundial de fútbol jugado en Italia y ese himno, que supuestamente hablaba de los hebreos durante la opresión babilónica –aunque en época de Giuseppe Verdi todos sabían que cantaba otra cosa–, enruló el rulo de las significaciones y se convirtió en canto de hinchada. Lo innegable, no obstante, es que “Va, pensiero!” siguió siendo un himno. Estrenada en La Scala en 1842, la ópera Nabucco fue el primer gran éxito de Verdi. El libreto es de Temistocle Solera, y está basado en textos del Antiguo Testamento y en la obra Nabuchodonosor, de Francis Cornue y Anicète Bourgeois. La ópera fue compuesta cuando su autor había resuelto prácticamente no volver a hacerlo. Apesadumbrado por las muertes de su esposa y dos hijos, Verdi se consideraba retirado hasta que, por casualidad, le llegó el libreto. Incidentalmente, Giuseppina Strepponi, quien cantó en el estreno el papel de Abigaille, se convertiría en su nueva pareja. Nabucco

inauguró un período de producción frenética: diecisiete óperas en doce años. “Vuela, pensamiento, en alas doradas”, cantan allí los esclavos y, a partir de hoy, aquel viejo coro independentista resonará en Buenos Aires. Como parte de la temporada de la asociación Buenos Aires Lírica, esta noche, a las 20 se estrenará, en el Teatro Avenida, una nueva puesta de Marcelo Peruso, con dirección musical de Javier Logioia Orbe. Con funciones también los próximos domingo 4 (a las 18), jueves 8, sábado 10 y martes 13 (a las 20), la ópera será protagonizada por Lisandro Guinis, Mónica Ferracani, Hernán Iturralde, María Luisa Merino y Santiago Bürgi y, junto a ellos estarán el coro y la orquesta de Buenos Aires Lírica.