“La tele es, antes que nada, un laburo”, aclara Posca, que comenzó en la pantalla chica con la troupe de De la cabeza y Del tomate, lo hizo popularmente conocido Nico, y luego se posicionó como un actor de la factoría Pol-ka (Gasoleros, Sin código, Los únicos, Condicionados). “El de la tele –analiza– es un oficio al que aprendí a sacarle jugo. Sin perder la esencia de lo que soy, pude acomodarme. Si yo fuera leche de vaca, en la tele soy leche pasteurizada. Sigo siendo auténtico desde mis composiciones, pero sabiendo que es para la tele. Lo hago con el mismo respeto y responsabilidad con que hago teatro, porque además quedás muy expuesto. Por eso no hago tanta tele. Puedo equivocarme o no pero elijo mucho lo que hago. A veces elijo no hacer. No hago por hacer. De la misma manera en que si no tengo un show nuevo y bueno para sacar, no lo hago. Espero hasta que surja.”

–Yo vivo de esto: la necesidad económica está. No me gusta jugar todo el tiempo al pedo y a veces sin pelota: prefiero hacerlo cuando veo la perspectiva de poder hacer un gol. Pero eso lo entendí mucho antes de ser conocido, apenas llegué de Mar del Plata y no tenía un mango. He resignado buenos contratos en términos económicos para no bastardear lo que hago. No soy el hijo de un padre millonario.