[cerrar]

Comparta esta nota con un amigo

E-Mail de su amigo
Su nombre
Su E-Mail

El cineasta español Patxi Amezcua eligió seguir en la senda del thriller para realizar su segundo largometraje, Séptimo, tras un debut exitoso en el género con 25 kilates. El concepto original del film que protagonizan Ricardo Darín y la española Belén Rueda surgió de un juego que el propio Amezcua solía hacer con sus hijos pequeños. ¿En qué consistía? Que los niños bajaran por las escaleras y él por el ascensor. Hasta que un día, mientras los esperaba en la planta baja, Amezcua pensó: “¿Y si no bajan? ¿Y si desaparecen de repente?”. Con esa pequeña anécdota cotidiana nació la idea de Séptimo. “Construí una historia a partir de ese juego y de esa desaparición con un padre desesperado buscando a sus hijos”, cuenta el realizador que viajó a Buenos Aires para estar en el estreno argentino (curiosamente, en España será recién en noviembre). “Yo nunca los llegué a perder, pero esa sensación que cualquier padre pudo haber tenido en algún momento de su vida (ya fuera en el parque, a la salida del colegio) era un elemento que nos podía dar mucho juego dramáticamente para hacer esta película”, explica el director.

–¿Por qué decidió filmarla en Buenos Aires y con mayoría de actores argentinos?

–Por una cuestión de amistad. Yo tengo un amigo argentino que vive en Madrid, que es el coguionista del film: Alejo Flah. Y tengo un amigo español que curiosamente vive en Buenos Aires: Andrés Longares. Los tres teníamos ganas de trabajar juntos. Y, además, yo tenía ganas de visitar Buenos Aires y la Argentina, porque no las conocía. Ellos siempre me decían: “A ver cuándo vamos a la Argentina, ¿eh?”. Así que fue un doble juego: el de la película y el de estos tres amigos que, en un momento, deciden hacer algo juntos que se sitúe en Buenos Aires. Alejo y yo escribimos el guión de Séptimo y Andrés inició la producción de la película. Todo fue creciendo y entraron otras productoras.

–A pesar de eso, ¿cree que la historia de Séptimo podría suceder en cualquier ciudad?

–Sí. Lo bueno de esta historia es que es muy universal. Cualquier gran ciudad te da juego para una historia de este estilo con elementos de suspenso e intriga. Y para mí, la gran ciudad es un personaje más en la historia. Si ves los planos aéreos iniciales y finales, tiene un protagonismo como entorno urbano, como la jungla de asfalto en que se mueven los personajes. Para mí, eso siempre es un personaje más y en este caso es Buenos Aires, que como extranjero quería mostrarla desde mi punto de vista.

–Por otro lado, el tipo de situación que sucede en la película es propia del mundo urbano...

–Sí, una vez que tienes esta historia, hay un montón de elementos que juegan a favor en un entorno urbano, donde hay más posibilidades de encontrar personajes extraños, policías y porteros sospechosos. Hay personajes más turbios que brindan mayores posibilidades de historias.

–Una pregunta más general: ¿la actualidad de la industria cinematográfica española es tan caótica como la economía del país?

–Es igual de delicada la situación de la industria cinematográfica como la de la economía en general. Y, entre otros problemas, el que tiene la industria cinematográfica es la baja en las subvenciones del Ministerio de Cultura, a la que ha añadido la subida en el IVA para la actividad cultural. Subir el IVA del 7 al 21 por ciento es lo que más daño ha hecho al cine. No ha logrado que el Estado recaude más dinero sino al contrario. Y esto ha sido así porque la cantidad de espectadores que iban antes al cine se ha reducido. Están yendo muchos menos, con lo cual lo que ha conseguido el gobierno con esta medida es algo contraproducente. No ha conseguido recaudar más y encima hay muchos espectadores que huyen de las salas porque los precios de las entradas son más altos y prefieren no ver una película en el cine sino en Internet o en televisión. Es una medida absurda que está haciendo daño a la industria del cine porque también se están cerrando salas y se están haciendo menos películas.