Una gran idea de los responsables del festival de cine alemán ha sido la de incluir en el programa una película realizada durante el período mudo, usualmente durante los dorados años ’20, una de las etapas más fructíferas y notables desde el punto de vista artístico en toda la historia del cine germano. Proyecciones usualmente acompañadas por la ejecución de música en vivo y exhibidas en copias restauradas que ponen en valor la calidad fotográfica del film en cuestión. Este año la elegida ha sido Berlín, sinfonía de una gran ciudad (Berlin, Die Sinfonie der Grosstadt), dirigida por Walter Ruttman en 1927. Basada en una idea original de Carl Mayer (uno de los autores de la historia de El gabinete del Doctor Caligari) y con guión del propio Ruttman y Karl Freund (tal vez el camarógrafo más importante en la Alemania de los años ’20), este documental experimental es uno de los más relevantes exponentes de la “sinfonía citadina”, films centrados en la vida en las grandes urbes que tomaron por asalto el documentalismo de fines del período silente. Ruttman, nacido en Frankfurt en 1887 y muerto tempranamente a la edad de 54 años, no era un simple hacedor de películas: fiel a los movimientos de vanguardia en boga en aquellos años, cada uno de sus esfuerzos parecía dirigido a confirmar la estatura del cine como expresión artística, experimentando con cada una de sus materias primas. “Llevó más de un año capturar las muchas facetas del carácter de la ciudad de Berlín en miles de tomas y retazos minúsculos. Sin estudio ni sets y en circunstancias siempre imponderables tuve que mentir junto a mi pequeña cámara de detective, siempre al acecho y listo para el ataque, sumergido en la vida de la ciudad, constantemente escondido para que mis sujetos no descubrieran mis actividades y comenzaran a ‘actuar’ al saberse filmados.”