Comicópolis, el primer festival internacional de historieta de Tecnópolis, superó la lluvia del sábado y el frío del domingo para redondear cuatro días de disfrute para el fandom comiquero, un mundo de nuevas posibilidades para los circunstanciales visitantes que entraron en contacto con el mundillo y buenas noticias en las cuentas de los editores locales. Consultadas por Página/12, fuentes del predio de Villa Martelli estimaron en 20 mil la cantidad de visitantes que pasaron por este encuentro del noveno arte.

Desde lo artístico se vivieron cuatro días con charlas y exposiciones de enorme nivel. Previsiblemente se destacó el cuarteto de grandes invitados extranjeros: Joost Swarte, David Rubin, David B. y Bill Sienkiewicz, tanto en sus charlas como en sus respectivas muestras. Eso sin contar, desde luego, las múltiples actividades de otros invitados internacionales de América latina y la participación de cantidad de autores nacionales, tanto entre los invitados oficialmente como entre aquellos que se acercaron al encuentro por iniciativa propia.

El viernes a la tarde, los responsables de los stands de Comicópolis ya estaban satisfechos con el festival. Por entonces faltaban aún otras 48 horas de charlas, exposiciones y rondas de negocios, pero una suma de saludables coincidencias y actividades tras bambalinas ayudaron a generar un clima de satisfacción y optimismo. En principio colaboró mucho con el éxito económico de los stands la coincidencia de Comicópolis con el IV Encuentro Nacional de la Conabip. Más de una editorial tenía para las primeras horas del viernes todos sus gastos cubiertos y esperaba que un buen fin de semana redundara en resultados más abultados.

Además, los responsables de los sellos locales tuvieron –Export.ar mediante– rondas de negocios con los editores extranjeros invitados, lo cual abre posibilidades de publicación a futuro. Esos mismos editores conocieron y entrevistaron a dibujantes y agentes argentinos, lo que también habilita la inserción de plumines locales en otros mercados. Todas las fuentes consultadas coincidieron en que éstos son sólo los primeros pasos, pero a la vez confiaron en que la regularidad de este tipo de encuentros ayudará a consolidar el sector.

Otro de los aspectos positivos del encuentro fue el acceso al noveno arte de muchos visitantes circunstanciales, que no necesariamente forman parte del circuito de la historieta. Lo cual, en definitiva, ayuda a la difusión del universo de las viñetas y la ampliación de su base de lectores.

Para el futuro queda una buena cantidad de puntos positivos a rescatar y, sobre todo, repetir en las próximas ediciones. Porque, a juzgar por los buenos resultados, en 2014 también habrá ciudad historietística en Tecnópolis. Una adición para celebrar en el circuito.