Para explicar el origen de la revista Cinéfilo es necesario remontarse (una vez más) al parripollo La Rueda. Es que la revista fue, durante tres años, el boletín bimestral en el que los programadores, críticos de cine todos ellos, escribían artículos y dossiers sobre los ciclos del cineclub Cinéfilo. A fines del 2012, se decidió convertir Cinéfilo en una revista de cine con todas las de la ley, cubriendo estrenos, festivales, publicando ensayos, independizando los dossiers de la programación del cineclub y haciendo largas entrevistas. Tres números salieron hasta ahora con el nuevo formato, ahora con frecuencia trimestral (el más reciente llegó a librerías hace un mes). Impecablemente escrita, audaz en sus tomas de posición, con argumentaciones bien desarrolladas, sin miedo de caerle mal a nadie y sin la visible voluntad de hacerlo, Cinéfilo es, a criterio de este cronista, la mejor revista de cine que se publica actualmente en la Argentina. En el último número no tienen ningún problema en caerles encima a Gravedad y Blue Jasmine, darles palos a los colegas y al cine argentino de éxito del 2013, cubrir los festivales de Mar del Plata y Roma con notas larguísimas, y dedicar sendos dossiers al japonés loco Sono Sion y al muy poco (re)conocido cineasta indie Edward Burns, al que de paso se dan el gusto de entrevistar. La buena noticia es que Cinéfilo se consigue en Buenos Aires, en las librerías Eterna Cadencia (Honduras 5500), De la Mancha (Corrientes al 1700) y CineSí (Pasaje Giuffra al 300).