Se conocieron antes de cumplir los 20, cuando coincidieron en un concurso de belleza como jurado. Ricardo Darín y Diego Maradona llevan un largo derrotero juntos, primero como ídolo y fan, pero en el sentido inverso al predecible. “Diego me pidió unos autógrafos para la Tota, su madre, y nos hicimos amigos.” Ellos dos protagonizaron la crónica de la farándula de los ’80, cuando Darín era un galancito y Diego un futbolista virtuoso pero del montón, cuando participaban en picaditos de las estrellas, el evento más estelar dos décadas atrás. “Yo lo conozco de cuando no lo conocía nadie, por azar nos sentaron en la misma mesa durante un evento... No paramos de charlar.”
–A primera vista, son una “extraña pareja”...
–Me senté junto a él, charlamos, me pidió que le firmara un autógrafo para su vieja. El empezó a venir a jugar a beneficio con el grupo de actores, era un placer verlo. Cuando se casó hubo un moco en el medio, me retiró los embajadores, nos distanciamos. Y nos volvimos a encontrar cuando coincidimos en el colegio de nuestros hijos. Nuestro vínculo se hizo indestructible; lo conozco y me conoce bien. Hay afecto; estoy como todos, contento por haberlo visto tan mal y verlo tan bien.