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Martes, 22 de julio de 2014

MUSICA

Uno por uno, los cinco magníficos

Germán “Cóndor” Sbarbati (voz): Desde hace dieciocho años es una de las voces de Bersuit Vergarabat y desde mucho antes luce largas rastas hasta las nalgas. Nacido en el barrio Marina (Castelar, provincia de Buenos Aires), autodidacta, a los 17 ya era director de coros de niños y luego enseñó en escuelas; muchos de sus alumnos terminaron siendo profesores. Cuando se le comenta que hace poco, en TVR (Canal 9), Gustavo Cordera deslizó la posibilidad de una reunión de Bersuit, disiente: “No, no da. El Pelado tiene su particular manera de hacer marketing y de promover sus propias cosas, pero somos nosotros quienes nos hacemos cargo de la banda. Hace cuatro años que Gustavo ya no está en el grupo, y no hay ningún interés en que vuelva. A algunos de nosotros ya se les fue la bronca, hicieron el duelo y seguramente también lo extrañan... pero solamente como persona y debajo del escenario, y más allá de sus mambos y de sus personajes. Yo tengo el mismo número de teléfono desde hace veinte años; sin embargo, Gustavo nunca me llamó. Y yo tampoco a él. Quizás algún día surja el interés en tomarnos un café, pero todavía ese momento ni siquiera apareció. Los Bersuit acabamos de editar El baile interior, vamos a tocarlo por todo el país y en Europa; en septiembre lo presentamos en el Luna Park. Es así: nosotros entendemos que ningún penal es más grande que todo un equipo de fútbol”.

Marco Tulio Pusineri (batería): De entre sus maestros agradece especialmente a León Jacobson –notable percusionista del Colón, con quien estudió tambor clásico– por haberle enseñado el arte mayor... y también por haberle explicado cómo zafar del flagelo de la tendinitis. Grabó seis discos con Juan Carlos Baglietto; antes y después hizo carrera en Trigémino, en Redd (banda tucumana ineludible), Suéter, y con Oveja Negra, Nito Mestre, Celeste Carballo, Roque Narvaja... Además fue baterista invitado de Divididos en el Luna Park, en cuatro Obras y... en Londres. Hoy, toda vez que alguien sintonice la señal Encuentro escuchará en los separadores la música de Pusineri. “Es muy difícil desarrollar una música que diga algo en sólo cuatro segundos”, sonríe al respecto. Junto a Renzo Baltuzzi y Fefe Botti tiene un trío, Bledo, con el que también grabó un disco; ese proyecto sigue en marcha. Y hoy se puso a trabajar con la coplera Miriam García, de Ciudadela, una suerte de sucesora de la legendaria Leda Valladares. Y sigue siendo docente, todo el tiempo. “Hay estudiantes de batería recapos; los demás son mis enfermeros”, dice. “Cuando alguno de ellos tiene conflictos motores me ayuda a resolver los míos propios; trato de arreglárselos, pero sé que me están arreglando los míos. Son ellos quienes me están dando una clase a mí.” Entre sus mejores alumnos se destaca Lucía Borensztein, la baterista de No Lo Soporto, una de las bandas preferidas de Spinetta y de Gustavo Cerati.

Pablo Rodríguez (vientos y piano): “Ser miembro de Los Auténticos Decadentes me da orgullo; Jorge Serrano, sin ningún tipo de pretensión, llega a una profundidad que nadie más alcanza”, comenta Rodríguez, quien antes, después o durante su destacada y eterna estancia en los Deca supo trabajar con el Pipi Piazzolla, Horacio Fontova y un colorido abanico de otras bandas. “Estamos haciendo un nuevo álbum con los Decadentes”, anuncia. “Somos doce, y eso da mucho trabajo porque no hay capitán, ni líder (y encima tenemos un invitado estable desde hace diez años: Claudio Carrozza); pero no digamos que ser tantos es un problema. Es una virtud. Si nuestros discos son tan hiteros es porque las cosas las decidimos entre todos, aun a pesar de cualquier conflicto: todos hacemos los temas, que llegan a sumar ochenta... Incluso aparecen canciones del hermano del baterista, y hasta yo mismo propuse un tema de (Marco) Pusineri (“Catamarca”); es ahí cuando hacemos una primera votación, y se eligen los que tienen al menos siete votos: la mitad más uno. Esos son los que entran en la licuadora de la banda. Así, más o menos, se empieza a trabajar, y se vuelve a votar hasta llegar a diez u once votos. Y ahí encima ¡también tenés que consensuar...! (risas). Estamos en ese proceso. La diferencia entre trabajar allá (en los Decadentes) y acá (en Hispanoparlantes), es como que acá me dan más bola. Entre una y otra banda hay cosas diferentes. Es como si me mudara totalmente de barrio.”

Guillermo Arrom (guitarra): Aunque su primer instrumento fue la trompeta, este eximio violero es quien más guitarras metió en toda la discografía solista de Spinetta. Entre sus mejores alumnos estuvieron un hijo de Luis, Dante, y Oscar Righi, de la misma Bersuit en la que canta el Cóndor. “Gente de la que estoy muy orgulloso”, dice el master. Desde hace dos años, Arrom colabora con Anacrusa, la magnífica banda de los ’70 que hoy cobra nueva forma, y también con R. M. Sur, donde está Marcelo Torres (ex Socios del Desierto). Aún hoy se lamenta de no haber podido estar presente en el show de Las Bandas Eternas (estadio de Vélez, 4 de diciembre de 2009): “Me convocaron, pero yo vivía tan lejos... Toda vez que Luis, desde el escenario, me nombraba, mis amigos me llamaban por celular a España; tremendo. Toqué con él por última vez en la sala Galileo de Madrid, en 2006”. Apenas supo de la partida de Spinetta, Arrom organizó una serie de tributos (en Madrid, en Barcelona y en un pueblo medieval en La Rioja) con Fernando Lupano y Marcelo Novati. “Esos shows los hicimos a beneficio de Conduciendo a Conciencia, por la tragedia del colegio Ecos, la causa a la que Luis había adherido. Todavía no logré darles el dinero... porque ellos no aceptan dinero. Ya los llamé mil veces. Y esa plata va a seguir estando ahí, para cuando la quieran recibir.” Apenas volvió a la Argentina, en 2012, Arrom brilló en otros homenajes a Luis: BN, Gesell, Tecnópolis. “La música de Luis es indestructible. Habrá mil versiones, pero siempre tendrá la maravilla.”

Claudio Bruguera (bajo): Heroicos Sobrevivientes fue y vino, vino y fue, pero finalmente cumplió veintisiete años de música; los festejó hace poco en el Teatro Vorterix y con material nuevo. Banda histórica si las hay (tuvieron como invitados a Charly, a Skay y a Calamaro), son, según Bruguera, “el último bastión”. Cuando se le pregunta “el último bastión de qué”, no duda: “Del rocanrol, un género en extinción”. Desde hace siete años, el baterista de la banda es Walter Sidoti, ex Redonditos de Ricota. “Nunca me gustaron los Redondos”, admite Bruguera, sonriendo. “Mirá que hice mucha fuerza... pero no pude. Incluso vivía en una casa con gente que ponía los discos de los Redondos de un lado y del otro, me puse a analizar por qué no me gustaban; como en el fútbol: dejáme ver por qué carajo no me gustan, si les gustan a todos... Y, bueno, no me gustan. Encima, suelo tocar con Pablo Sbaraglia, el tecladista del Indio Solari, y soy amigo de Walter, pero no hay manera.” De hecho, menos con el Indio, Bruguera tocó con casi toda redondez posible: “Toqué con El Soldado y hasta con el sonidista del Indio; toqué con todos. Y no hay manera. ¡No me gustan los Redondos!”. Bruguera también estuvo con Divididos. “Pero tuve menos suerte que Pusineri, porque con ellos no fui a Londres: fui acá cerca, al Paraguay”, se ríe. Los Hispanoparlantes le fascinan; los Heroicos le ponen una sonrisa más: “Los Heroicos Sobrevivientes somos culto de tres generaciones: abuela, hijo y nieto. ¡Es muy divertido!”.

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