–Tanto su versión de “Sr. Cobranza” como “Se viene” se recuerdan como canciones que a fines de los ‘90 sintetizaron el espíritu de una época. ¿Encuentra hoy temas con esa potencialidad?

–Sí, en Calle 13. Es, en mi opinión, la banda con compromiso social más evolutiva de los últimos años, dentro del panorama latinoamericano. Sólo en ellos vi esa semilla que Bersuit tenía. En cuanto a mí, esas canciones forman parte de mi vida, soy eso, no necesito seguir haciéndolo porque no soy un diario, quiero seguir experimentando. Si no hubiera hecho esas canciones, seguramente las estaría haciendo ahora. Ahora vuelco de otra manera mis preocupaciones políticas y sociales, la autoconciencia es el camino de la nueva revolución mundial, porque es mucho más difícil gobernar a alguien que se conoce a sí mismo. Si hubiera conciencia, los 130 diputados que aprobaron la Ley de hidrocarburos no lo hubieran hecho. Mi preocupación ahora es trabajar para que la gente active su observador interno. Por eso la ayahuasca es la droga del futuro, porque es la droga de la conciencia. Las otras fueron como los primeros ensayos para llegar a la abuelita, que es la más sabia de todas las experiencias. Eso, para mí, es altamente peligroso para el establishment, las corporaciones, los políticos. Es lo más revolucionario que hay.