El primer número de la tarde había correspondido a los cordobeses de Eruca Sativa, una de las bandas locales de mayor crecimiento en los últimos años. El trío pudo mostrar algo de su obra cuando el sol todavía trataba de hacerse ver entre las nubes que cubrían el Estadio Ciudad de La Plata, y la posibilidad de una lluvia traía recuerdos de la primera visita de Foo Fighters a la Argentina, en 2012.

Los convidados extranjeros fueron los ultrabritánicos Kaiser Chiefs, que no sólo hicieron gala de su puntualidad –aunque su show fue retrasado, salieron a escena justo a la hora reprogramada– sino también de su tradición musical, siendo uno de los tantos grupos que recogieron, allá por mediados de los 2000, el guante del éxito de Franz Ferdinand. Esto les valió un relativo éxito con sencillos radiables como “Ruby” y “Oh My God”. El quinteto llegó por tercera vez al país –habían tocado en 2008 y 2013, siempre como “punto” o relleno de algún festival–, esta vez con Education, Education, Education & War para presentar su quinto disco, editado el año pasado. En ese trabajo basaron su repertorio del domingo, además de los clásicos mencionados y algún otro track de su primer disco, como “Everyday I Love You Less and Less”, que abrió la cuenta, y el agregado de “Pinball Wizard”, cover de sus compatriotas The Who.

Una vez más, a los largo de sus 45 minutos de presentación, el combo de Leeds descansó escénicamente en lo que pudiera hacer el cantante Ricky Wilson, que cumple una muy buena labor si lo que se coteja es la relación entre calidad vocal y entrega física sobre las tablas. Se consolidó así su visita más contundente. A sabiendas de que lo suyo no era más que un aperitivo para la salida de Foo Fighters, viendo que la fila para entrar a los baños llegaba hasta la mitad de la cancha, el combinado no renunció al histrionismo, ni a la electricidad, ni a las ganas de mostrar algunas de las buenas canciones de la ya no tan nueva new wave inglesa.