Natalie Portman: Vino en un viaje relámpago, por primera vez en Buenos Aires –según dicen todas las revistas de farándula–, a reclamar lo que era propio: a su novio Gael atrapado por las garras de la local Dolores Fonzi. Ya de vuelta a casa, empiezan a desparramarse las fotos de Gael con Dolores otra vez, en un culebrón de nunca acabar.

Francis Ford Coppola: Llegó a bailar el tango, dicen que a elegir una propiedad en San Telmo. Se declaró fanático del tango y se fue como vino.

Gael García Bernal: Filma El pasado, basada en la novela de Alan Pauls, a las órdenes de Héctor Babenco en distintas locaciones de Buenos Aires. Da que hablar por su triángulo con Dolores Fonzi y Natalie Portman, pero no da entrevistas para –dicen en la producción– no interferir en el proceso creativo. A la revista GQ de este mes le obsequió una producción de diez páginas posando como modelo de los principales diseñadores neoyorquinos de la nueva ola. Bien asesorado en asuntos promocionales.

Colin Farrell: En plan parranda, circulando por boliches y fiestas privadas, escapado del set de División Miami. Quiso conocer a Diego Maradona y se lo presentaron. Rebotó a un par de rubias que se disputaban el trofeo. Posó en fotos con cara de extraviado. Se fue y se internó en un centro de rehabilitación. ¿Qué tendrá Buenos Aires?

James Ivory: Llegó para catar talentos y locaciones para un film próximo. Se entrevistó con Norma Aleandro. Elogió los paisajes y declaró su amor profundo. De paso, promocionó su película La condesa blanca.

Anthony Hopkins: Vendrá en septiembre a filmar junto a Ivory. Anticipa, sin conocer la ciudad, fanatismo por los porteños y su paisaje. Es más dispuesto –anticipan– que otras celebridades visitantes a dar entrevistas.

Maribel Verdú: Estuvo para filmar El niño de barro, dirigida por Jorge Algora. Es una historia relacionada con los crímenes míticos del Petiso Orejudo. Ella dice que es sólo el comienzo y que volverá.