Torres Molina dice que siempre está produciendo y que va equilibrando temas álgidos con comedias. En este momento está corrigiendo una obra, hay un elenco ensayando otra que será estrenada y está escribiendo un texto para el próximo año, que dejará en manos de otro director. “He dirigido casi todas mis obras. Esa tarea ocupa mucha energía y tiempo y me siento potente y contenta cuando escribo. Con la escritura no tengo intermediarios”, compara. También está escribiendo una novela, y es en este trabajo en el que se detiene. Arrancó en el verano y está muy entusiasmada con la libertad que este formato le permite “en tiempo y en espacio”. “Es un texto que une aspectos que me están rondando hace mucho”, cuenta. Se trata de una historia ligada al Cap Arcona, un crucero oceánico alemán de lujo que más tarde fue hundido con 4500 prisioneros de campos de concentración adentro. “Mi madre siempre me hablaba del Cap Arcona, ella y su familia viajaban a Europa casi todos los años. Era un viaje que duraba tres, cuatro meses. Eran sus momentos más felices. Cuando empieza la guerra, ese barco pasa a ser barco militar. Tras el suicidio de Hitler, los aliados lo terminan hundiendo con los prisioneros. Hitler quería hacer una película con Goebbels sobre el Titanic y utilizó el Cap Arcona”, cuenta la autora. “Se van juntando situaciones, entramados. Cuando era chica, ese barco era un lugar mítico para mí. Hay un paralelismo con mi familia, en relación con el esplendor y el derrumbe, porque mi familia tuvo, hasta cierto momento, una buena posición económica.” Por otro lado, la obra que se está ensayando se llama La fundación y trata sobre un movimiento familiar cristiano que en la última dictadura militar distribuía a los recién nacidos que eran hijos de las secuestradas. “Ellos, con sus mandamientos, pensaban que estaban haciendo una obra de bien. En este momento hay interés y necesidad de ver los cómplices civiles del terrorismo de Estado. Recién se empieza a ver esto, con mucha resistencia.”