El historial de Kevin Johansen es más o menos conocido, pero hubo algo que fue un punto de inflexión: Sur o no sur ya estaba obteniendo sus rebotes, cuando una telenovela de alto impacto sirvió de amplificador gigantesco para una de sus canciones. Entonces...

–¿Costó reacomodarse luego de la sobreexposición mediática a la que lo expusieron Resistiré y “Down with my Baby”?

–Por ahí, en un momento te agarrás la cabeza diciendo “uy, van a pensar que sólo hago este tipo de cosas”. Pero eso fue durante Sur o no sur y “Down with my Baby”, que fue un himno al cachondeo. Después me tranquilicé y tengo que ser un agradecido. Todo se acomodó naturalmente.

–¿Hizo algo para que todo se acomodara naturalmente?

–Como el éxito me llegó de grande, creo que tuve la sabiduría de autocatalogarme mejor. Lo de desgenerado derivó en el efecto deseado, y la verdad es que hoy conservo cariño por esa época. Además, me gusta lidiar con eso de ser medio de culto y pegar un tema que llegue a mucha gente. Yo nunca fui un elitista, un nariz parada de esos que dicen “yo toco para 12 personas, no para 12 mil”. No hay que subestimar al gran público, porque la gente es muy perceptiva. Eso es un error. Los brasileños son más flexibles con esto. Hasta Caetano Veloso suena en telenovelas y no pasa nada. Para mí, esos temas fueron como un dedillo al ano.