Cualquiera que haya visto al menos una película de Alex de la Iglesia se habrá dado cuenta de que el humor que más le interesa al director está cargado de violencia. “Porque no hay otro”, confiesa el creador cuando se le pregunta el por qué de la elección. “El humor blanco no es gracioso, aunque en cualquier gag, por muy inocente que sea, hay un componente de violencia. En un tipo que recibe una torta en la cara hay violencia. Cuando alguien se resbala con una piel de plátano, nos divierte ver cómo cae. No es un invento mío. Es que las cosas funcionan así.”

–¿Por qué señaló que la comedia es el género más complicado?

–Porque es el que más interesante me resulta como director. Un drama te permite tiempo para pensar, te permite tiempo para espiar. Cuando estás viendo un drama, te estás implicando en él. O sea, tú estás trabajando en la elaboración del guión. Tienes tiempo para explicar a los personajes o por qué sufren. En la comedia no. En la comedia, el gag no te permite ese tiempo. Tú te ríes o no. Ahí se acaba. Te ríes y entras, o no te ríes y no entras. Ese juego automático de preguntas y respuestas que se establece con el espectador, el espectador sólo responde, no colabora. Por eso digo que el drama es más fácil, porque el espectador está implicado. En la comedia, no: es espectador absoluto de una serie de acontecimientos humorísticos que no dependen de su lectura.