¿Un rodaje de Alex de la Iglesia tendrá tanto caos y será tan vertiginoso como las historias que cuenta? La respuesta la tiene sólo el cienasta. Y al respecto dice: “Rodar esta película en siete semanas fue muy complicado. Ha sido uno de los rodajes más complicados de mi vida. Afortunadamente, de caótico no puede tener nada porque si ruedas en caos no queda caos sino una especie de amalgama absurda. No queda bien. Es como una pelea. O sea, para rodar una pelea terrible y caótica hay que rodar plano por plano separados para poder entender los golpes. Si no, parece como lucha libre de señores mayores abrazándose, que es como son las peleas reales: una cosa sucia y mal montada”, explica el realizador. “Pero en el cine no, hay que rodar cada cosa por separado, y uno y uno. Entonces, ha sido un gran esfuerzo de dirección a nivel técnico”, explica.

–¿Usted apunta a un público que pueda asimilar ese ritmo frenético por la cantidad de cosas que suceden en pantalla o es consciente de que puede resultar por momentos agotador y que pueden quedar exhaustos los espectadores? ¿Esto es algo que piensa?

–Depende de qué tipo de espectadores hables o de qué estén acostumbrados a ver. Ayer vi Misión Imposible V y te aseguro que mi película es lenta en comparación con la última entrega de Tom Cruise. Ruedo las comedias a modo de cine de acción. Espero que la gente disfrute de una película en la que no hay tiempos muertos. Para eso está el cine. Decía Truffaut en La noche americana: “¿Cuál es la diferencia entre la vida y el cine? Que en el cine no hay tiempos muertos”.