En la página web de los sketchers (www.urbansketchers.org <http://www.urbansketchers.org>) el visitante puede asomarse a la vida en un mercado de El Cairo, o escrutar las acuarelas sobre un terremoto en Italia, así como los contornos de una aldea del Norte Africano o la sombra en las iglesias coloniales de la América Andina. Todas las obras han sido realizadas por dibujantes que estuvieron ahí. Los entrevistados sostienen que si se dejan de lado los materiales y el precio de los papeles, no existe demasiada distancia entre los “corresponsales”. El argentino Gonzalo Cid opina que desde el punto de vista estético no hay grandes asimetrías, “salvo aquellas que surgen de bagaje cultural que cada croquisero tenga”.

El ecuatoriano Mauricio López Acosta subraya la ventaja de estar conectados. “Las redes sociales han permitido que dibujantes de ambos hemisferios se nutran de propuestas en beneficio de su propia evolución personal. Respecto a la parte sensible y calidad estética, la verdad es que no encuentro diferencias”. Para el brasileño Lott, por su parte, los participantes ya han hallado un lenguaje común por el hecho de hacer arte. El sueco, el boliviano, el tunecino y el japonés comparten premisas, y desde ahí despliegan sus inquietudes en igualdad de condiciones. Al fin y al cabo, concluye, “se pueden hacer trabajos magníficos solamente con papel y carbón”.